El Ayuntamiento de Zaragoza ha dicho basta y no arreglará los desperfectos que ocasionó la última riada que se produjo en el Gállego, el pasado mes de enero. El responsable municipal de Medio Ambiente, Jerónimo Blasco, aseguró ayer que, después de haber adelantado el dinero para reparar los daños que causó la anterior, solo tres meses antes, en el tercer cinturón y el carril bici a la altura de Santa Isabel, haciendo frente a 600.000 euros de gasto, no está dispuesto a abonar los 400.000 que cuesta subsanar los de la segunda crecida. Sobre todo, porque no es competencia del ayuntamiento.

Así de tajante se mostró Blasco, quien declaró estar "harto" de que la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, y el máximo responsable de la Confederación Hidrográfica del Ebro, Xavier de Pedro, se dediquen a "pasearse" por otras localidades afectadas e incluso en estos barrios de Zaragoza, donde tuvieron que ser desalojadas decenas de familias, y nunca se acuerden de poner dinero para sufragar el coste de reparar los daños.

UN AÑO SIN COBRAR Así, en la riada de octubre, en la que se alcanzaron casi los 900 metros cúbicos por segundo y causó destrozos importantes tras desbordarse a la altura de Peñaflor y acabó afectando a otros barrios rurales a su paso como Movera o en Santa Isabel. También provocó daños en el tercer cinturón y en el carril bici contiguo en La Jota y Vadorrey. Todos fueron subsanados por el consistorio, adelantando el dinero y con el compromiso del resto de Administraciones con competencias en la materia de retornar esa inversión inicial para reestablecer la normalidad en la zona. Pero ha pasado un año de aquellos destrozos y nada se sabe de ese dinero. Ni la DGA ni la CHE dan muestras de querer devolver esos 600.000 euros que, según Blasco, se desembolsaron.

Por eso ayer justificaba, con ese olvido de "la república independiente de Zaragoza", la decisión de no afrontar los 400.000 euros en los que se ha cifrado la reparación de los daños que causó la segunda riada, solo tres meses después, también en las riberas del Gállego. Destrozos que aún hoy son visibles junto al cauce. Y también por eso se enfadó ayer en la Comisión de Medio Ambiente con el PP, que aún le recriminaba que no haya intervenido en los cauces del Huerva y del Ebro tras las crecidas.

"Hemos intervenido tres veces y, aunque es verdad que pasado el tramo urbano, no se ha limpiado, ya lo hemos incluido en la nueva contrata de las zonas verdes", explicó Blasco, quien también advirtió que quizá con la próxima reforma de la Ley de Bases "igual nos quitan las competencias y no nos dejan".