El Actur vivió ayer una situación de emergencia que paralizó la vida del barrio. Un camión cisterna cargado con metanol, un líquido inflamable y tóxico, confundió su ruta en la Ronda Norte, entró en la avenida de Ranillas y, a la altura de la intersección con Pablo Ruiz Picasso, chocó con un autobús de pasajeros y sufrió una fuga parcial de su contenido, con un resultado de múltiples heridos por traumatismo e inhalación de gases.

Pero, afortunadamente, fue solo un simulacro. Un ejercicio que los Bomberos de Zaragoza realizaron para poner a prueba el Plan Municipal de Protección Civil y que terminó con éxito.

El accidente se registró a las 10 de la mañana e inmediatamente, tras el aviso lanzado por los guardias civiles que seguían al camión desde su entrada en la ciudad, se puso en marcha un procedimiento para el rescate de los supervivientes y limitar al máximo el alcance del vertido de metanol.

El tren de ataque de los Bomberos llegó al poco al lugar del siniestro y enseguida descendieron hombres con equipos NBQ, utilizados en los casos en que, como este, hay que hacer frente a la amenaza de una fuga de material tóxico e inflamable.

Simultáneamente, con gran rapidez, se montaron en las inmediaciones del lugar (lo que se conoce como zona templada) un puesto médico avanzado, una unidad de desconaminación, un pequeño hospital y un puesto de mando.

Casualmente, cerca del lugar, en la A-2, un tráiler chocó 12 horas antes con un poste, que hubo que derribar y cortar la vía. El chófer salió ileso.