Sigue el goteo de incidencias de gravedad relacionadas con el arbolado de Zaragoza. Ayer cinco incidencias destacadas en menos de 24 horas. Primero en el barrio de La Almozara, donde se desplomó un árbol de grandes dimensiones en los denominados Jardines de Lisboa, un ejemplar de más de 10 metros de altura que se precipitó sobre la verja del IES Andalán. Afortunadamente, no tenía alumnos en el interior al haber finalizado el curso escolar. Se repitió, horas más tarde, en el número 22 de la calle Consejo de Ciento, en el barrio de Torrero, cuando una rama de más de 6 metros cayó a la vía pública al partirse. Y a las 17.45 horas se registraba otro en la confluencia de Arquitecto La Figuera con la avenida de los Pirineos, en la margen izquierda del Ebro, donde los Bomberos tuvieron que talar un pino de grandes dimensiones después de que se hubiera desprendido una gran rama a la vía pública.

Estos fueron los incidentes más destacados al tratarse de ejemplares de grandes dimensiones en zonas muy transitadas. Por fortuna, no hubo daños personales que lamentar. Aunque sí materiales, como el ocurrido en Torrero, donde la rama desprendida se precipitó sobre un turismo que se encontraba estacionado en la calle, en ese punto de la confluencia con la calle Emilio Lasala.

La alarma es tal que los propios vecinos alertaron de otra incidencia registrada por la mañana en el barrio de La Paz. Antes incluso de que se desprendiera otra rama de grandes dimensiones en la rotonda Villa de Pau, junto al parque de La Paz, habitualmente frecuentada por los residentes de la zona, y muy próximo al Canal Imperial.

Durante los primeros momentos, la Policía Local decidió acordonar la zona y aguardar a que se decidiera si actuaban los operarios de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), el servicio municipal de Parques y Jardines o los Bomberos de Zaragoza. Lo prioritario era la seguridad de los ciudadanos ante el evidente mal estado que ofrecía esta rama de grandes dimensiones. Finalmente, se encargaría de este ejemplar en mal estado el organismo de cuenca.

HASTA UN ACCIDENTE

La misma tensión que se produjo horas más tarde en la zona de Romareda. A las 19.11 horas acudían los bomberos a la calle Asín y Palacios (en el número 30), para atender otra caída, la de un árbol de los considerados pequeños. Y, por si fuera poco, hasta la mala suerte jugó en contra del arbolado, ya que a las 17.34 horas se registró una colisión en la céntrica calle Pedro María Ric que acabó con la tala de otro árbol grande. El motivo, en esta ocasión, era un accidente de circulación, cuando un camión se empotró contra el tronco y lo llegó a partir.

Mientras tanto, en La Almozara el tronco caído sobre la verja del instituto, de madrugada, daba buena cuenta de la peligrosidad de lo sucedido. Con un árbol más de gran porte que, en principio, se desplomó por culpa de una espiralización radicular en las raíces. Un defecto en el cultivo del ejemplar que había acabado por estrangular el tronco hasta dejarlo sin sujección suficiente al terreno. Este se quedó con «forma de punta de lapicero», un rasgo diferenciador de las causas según los técnicos.

Pero la alerta crece por momento en la ciudad por el elevado número de incidentes de esta naturaleza. Son ya catorce en solo 15 días y diez en los últimos cuatro, pero preocupa sobre todo que el viento, en días como ayer, no fuera un factor decisivo. Especialmente cuando en días como hoy, sí se prevén rachas fuertes en la capital aragonesa.

Y crece la tensión al consistorio. Ayer, el PP exigía una actuación urgente de poda. Y el responsable de Servicios Públicos, Alberto Cubero, se desmarcó asegurando que todo es «una campaña, orquestada por la propia FCC, de crear un clima de tensión social para entregar más dinero y hacer un plan de poda».