Las calles de Zaragoza se han llenado durante la mañana de hoy contra el pago del Impuesto sobre la Contaminación de las Aguas (ICA). La marcha, convocada por la Red de Agua Pública (RAPA) y la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ), pretende evidenciar el descontento social con los planes de depuración de la comunidad y exigir al Gobierno de Aragón un cambio en sus políticas de saneamiento.

Los argumentos contra el tributo se han repetido de forma insistente en numerosas charlas y mesas informativas que los portavoces de los organismos críticos han desarrollado en las últimas semanas en la capital aragonesa. También han intentado hacer partícipes del conflicto a los pueblos pirenaicos que han sufrido multas por no tener depuradoras o a todos aquellos que soportan una instalación sobredimensionada. A pesar de todo, la idea de que el debate va más allá de un conflicto de competencias entre la ciudad de Zaragoza y la DGA no ha podido disiparse del todo.

Entre las reclamaciones que los organizadores desean poner encima de la mesa destacan la necesidad de buscar nuevas fórmulas para la depuración. Además creen injusto que los municipios que optaron por realizar una gestión municipal del saneamiento tengan que pagar por un servicio que consideran duplicado. Los vecinos de Zaragoza han redactado más de 30.000 recursos judiciales para alertar sobre estas posibles irregularidades.

La presencia de representantes políticos es notable. Hay representantes de CCOO, UGT, Podemos, IU, ZeC, Equo, FABZ, la confederación de asociaciones vecinales de Aragón, la UCA, Ecologistas en Acción, Ansar, Fundación Nueva Cultura del Agua, la Federación Aragonesa de Solidaridad, Coagret, Ecología y Desarrollo y diversos alcaldes, entre ellos el de Zaragoza y el de Fabara, que leerá el manifiesto, algo que también hará José Ángel Oliván, presidente de UCA, y Carmen Turégano, vicepresidenta de la FABZ

BONIFICACIONES CALCADAS

Por el momento, la DGA ha tratado de frenar las críticas presentando una propuesta de mejora que incluye bonificaciones calcadas a las de Zaragoza y un intento de mejorar la progresividad de los tramos variables del tributo. Además han puesto en marcha una mesa técnica de debate para que todos los organismos implicados hagan sus propuestas de mejora.

Sin embargo, la iniciativa no ha sido todo lo optimista que esperaba el Ejecutivo. Desde Podemos podrían aceptarla si logra el suficiente consenso. Ahora la vista está puesta en los presupuestos autonómicos, condicionados por las decisiones que se tomen sobre el polémico ICA.