El Ayuntamiento de Zaragoza tiene un objetivo que salvar y que, por ahora, no ha logrado reenfocar: la cronificación de las personas que viven en la calle y que son cada vez más jóvenes. Desde el área de Derechos Sociales son conscientes de que deben dar un giro a la funcionalidad del albergue municipal para que quienes rechazan pasar las noches a resguardo accedan a hacerlo.

C’s, PP y CHA instaron ayer a la concejala de Derechos Sociales, Luisa Broto, a que tome medidas y logre dar una salida a esas «126 personas» que a día de hoy, y según el último censo realizado por Cruz Roja, viven en la calle. De ellas, un alto porcentaje descarta las alternativas habitacionales y asistenciales tanto del consistorio como de las entidades sociales. Entre los motivos, según la portavoz de C’s, Cristina García, se encuentra la prohibición de acceder al albergue con mascotas o con pertenencias. Broto explicó que hay «cuatro o cinco» personas en esta situación que pueden hacer uso de las instalaciones siempre y cuando permitan que sus animales pasen la noche en el centro de protección.

Según el portavoz de CHA, este rechazo a los servicios está relacionado con «su calidad» que, a su juicio, está generando que se cronifiquen los casos por lo que instó a Broto a que ponga en marcha «un plan de prevención». Desde el PP, Reyes Campillo cuestionó que sea la entidad Cruz Roja la que se encargue de la atención directa de las personas sin hogar, en lugar del consistorio.

Broto explicó que muchos de los que deciden no acudir a las instalaciones tienen perturbadas sus facultades mentales. «Los fenómenos de las personas sin hogar son muy variados», señaló, pero el problema actual es que cada vez hay más jóvenes viviendo en las calles.