El paseo Sagasta de Zaragoza no será cortado al tráfico privado. El ayuntamiento ha rectificado y ha presentado una nueva propuesta que incluye un carril bici bidireccional y recto en sentido Torrero y otro para los coches y el transporte público. En el tramo comprendido entre la calle Lagasca y la avenida Goya habrá un único carril para coches y transporte público, una medida que podría generar retenciones en el tráfico.

El goteo de críticas, quejas y sugerencias que ha recibido en los últimos días la propuesta de la responsable de Movilidad, Teresa Artigas, ha servido para que readapte este proyecto que pretendía expulsar a los coches prohibiendo su circulación por el paseo, en el tramo comprendido entre Lagasca y Goya en dirección a Torrero. De esta manera, se evitará la congestión de tráfico que iba a producir desviar los coches por las calles adyacentes, principalmente Lagasca y Arzobispo Doménech, ya que son vías que no están preparadas para soportar un gran volumen de vehículos.

La vía ciclable discurrirá de forma paralela por la calzada, junto al bulevar, y en el sentido al bario de Torrero. En el tramo entre la calle Lagasca y la avenida Goya quedará un único carril a compartir entre vehículos privados y transporte público. Según el área de Movilidad, la previsible disminución del tráfico en todo el eje permitirá que este carril absorba el restante sin generar problemas.

TRAZADO / El trazado de la vía ciclista será recto, en lugar de siguiendo un recorrido en ‘S’, como se propuso inicialmente, algo que criticaron incluso los colectivos de ciclistas por los problemas de visibilidad que podía generar.

Será bidireccional y estará delimitado por una segregación blanda con bolardos para dotarlo de seguridad. Desde el departamento de Movilidad consideran que resultará más cómodo y seguro, incentivando el uso de la bicicleta.

Con la reformulación de la propuesta inicial se da respuesta así a las sugerencias que la concejala ha recibido desde los grupos municipales, las entidades de ciclistas y peatones, los comerciantes y los propios vecinos.

Si algo estaba claro -y tenía consenso- era que por el bulevar no se podía construir el carril bici. Los ciclistas rechazaron el zig zag del diseño inicial de la vía ciclista por los problemas de seguridad que planteaba.

También los comerciantes criticaban las consecuencias que podría tener para sus negocios limitar la circulación por Sagasta y saturar las calles adyacentes, algo que no convenció ni a comerciantes ni a vecinos.

Respecto a la posibilidad de convertir al paseo en una vía pacificada, limitada a 30 kilómetros por hora, como propuso el PSOE, según Movilidad, no garantiza un «adecuado estándar de seguridad a todo tipo de usuarios», debido a la intensidad del tráfico y las maniobras que realizan los conductores. También han descartado desviar las bicis por otros ejes que les obligarían a dar más rodeo -hasta un kilómetro más- porque podría desincentivar su uso. Recortar el paseo para obtener más espacio para el carril bici en calzada fue desechado con el ánimo de no restar espacio peatonal.