La corporación municipal hará su ofrenda de flores a la Virgen como marca la tradición, desde las puertas del Ayuntamiento de Zaragoza. El área de Cultura ha tenido que rectificar tras haber propuesto que los concejales participasen entre los grupos sin tener en cuenta el dispositivo de seguridad que ello conlleva y sin contar con los apoyos de la oposición.

El responsable de Cultura anunció durante la presentación de las fiestas del Pilar que este año los concejales dejarían de hacer «ese paseíllo» que, «como poco, estéticamente es feo y democráticamente no es lo mejor». El año pasado, el alcalde, Pedro Santisteve, participó en la ofrenda vestido de campesino junto a la concejala Elena Giner, la ahora presidenta de las Cortes, Violeta Barba (Podemos), y la diputada por Podemos, Maru Díaz.

Tras la celebración el pasado viernes de una comisión extraordinaria solicitada por el PP, el titular del área de Cultura ha tenido que recular y aceptar que la salida de la corporación requiere de un gran dispositivo de seguridad. Además de la previsible pitada a la que se someterían los representantes de los grupos municipales, a tenor de las ya sucedidas en los actos que ha presidido Santisteve, como el pregón de fiestas.

Desde el área de Cultura rehusaron dar explicaciones sobre los motivos de esta decisión de última hora, que fue comunicada ayer por la mañana en forma de «saluda del Alcalde».

Sí que valoró la situación la concejala del PP María Navarro. «ZeC pretendía mezclarlo todo, el recorrido tradicional y el institucional», declaró para pasar a asegurar que «por los hechos y las pruebas», al Gobierno «no le gusta la Ofrenda de Flores».

En principio, desde Cultura propusieron que la corporación participase en la ofrenda como el resto de grupos ya que, hacerlo como hasta ahora evidenciaba un privilegio que no comparten desde ZeC. Sin embargo, los concejales saldrían a a las 9.30 horas desde la calle Casa Jiménez, sin haber participado en el concurso o reparto de las salidas, y sin tener que soportar las esperas de este día, algo que, la oposición, tildaba de «privilegio» y, añadió Navarro, «retrasando a todos los grupos que venían por detrás».

Según la concejala, la intención del Gobierno era «boicotear» el acto más importante de la ciudad y que más personas congrega en la ciudad en un solo día.