Ese dictador llamado Francisco Franco reapareció ayer en el ayuntamiento de la mano de Zaragoza en Común (ZeC). Por unos instantes se convirtió en el personaje más famoso del consistorio y generó una guerra verbal entre la oposición y el portavoz de ZeC, Pablo Muñoz, que ayer llegó a alzar la voz, algo que no acostumbra. Muñoz perdió la calma -y las formas- y mandó callar a gritos a la concejala del PSOE Lola Ranera por solicitar la suspensión temporal de la comisión de Urbanismo, algo que apoyaron los portavoces del PP y C’s, tras ser comparados con el dictador. «¡Cállese. No tiene la palabra. Que se calle!», le espetó Muñoz.

A ZeC no se le ocurrió otra cosa que relacionar a PP, PSOE y C’s con el dictador después de perder una votación en la comisión. Y si de normal las comparaciones son odiosas, que lo hagan con un fascista, todavía más. El origen del bochornoso guirigay que se montó en la comisión estaba en Twitter. Acompañado de una imagen de Franco, ZeC colgó un tuit en el que decía: «Gravísimo ataque a la libertad de expresión de las radios libres por parte de PP, PSOE y C’s. #Vueltaalpasado».

Lo que había sucedido segundos antes de que uno de los responsables del perfil de ZeC -según la oposición fue el coordinador de grupo Guillermo Lázaro- escribiera este ingenioso mensaje fue la aprobación de retirar el expediente por el que se pretendía conceder a la Federación Aragonesa de Radios Libres licencia urbanística de carácter provisional para la ampliación de una caseta de equipos de telecomunicaciones con el fin de emitir sin licencia.

PP, PSOE y C’s votaron a favor de retirar el expediente -ante la falta de informes y la carencia de licencia de emisión. Coindieron en que no se trataba de un ataque a la libertad de expresión, como insinuó Muñoz, que insistió en que son radios «comunitarias» con un fin «social y no lucrativo». CHA votó en contra junto a ZeC al considerar que los informes eran favorables y «en apoyo a la cultura colectiva».

Pero PP pidió un informe del Ministerio de Energía, PSOE uno jurídico sobre las consecuencias que puede tener ampliar los usos de un repetidor municipal por parte de un organización cuya actividad no se encuentra autorizada mediante una concesión de usos especial radioeléctrico y C’s otro que asegure que no generará interferencias.

Tras la votación, Lázaro abandonó el salón de plenos. Minutos después, el portavoz de C’s, Alberto Casañal, denunció la existencia del tuit y solicitó su retirada. «Atenta contra la libertad de expresión y los derechos como ciudadanos y concejales», criticó Casañal, que exigió una rectificación. Navarro llamó «cobarde» a Lázaro por escribir el tuit y marcharse y Ranera, que pidió la suspensión de la comisión hasta que se rectificara el mensaje, fue silenciada tras el grito de Muñoz. «Que se calle. Se Acabó», gritó negándose a suspenderla. «El respeto conmigo nunca lo ganará gritándome. Dudo de que si fuera hombre, me hubiera gritado», lamentó. Muñoz admitió después que «la foto no había sido conveniente».