El CAI Aragón sufrió ante el Bregenz su segunda peor derrota en la Copa EHF. Segunda en cuanto a número de goles --el Gummersbach le ganó 39-25--, pero seguramente la primera por la entidad del rival y por la paupérrima imagen mostrada en la segunda parte. El campeón austríaco, el mismo equipo que en el Príncipe Felipe cayó por 39-22, le endosó un 26-15 que no hizo peligrar la eliminatoria pero sí dañó la imagen del CAI Aragón. En Austria se vio el lado oscuro del equipo, el de un grupo sin alma, que no ataca ni defiende. 15 goles en un partido es una cifra mínima. Cinco tantos en media hora es un dato escalofriante. Dos goles en 20 minutos, uno de penalti, es aterrador. Para colmo de males, se lesionó Amadeo Sorli. Entre tanta sombra, una única luz: el CAI Aragón estará el martes en el sorteo de octavos de final.

El equipo aragonés, sin Grebenar, realizó una primera parte aceptable. Comenzó dominando gracias al acierto de Pablo bajo palos y a los buenos movimientos de la primera línea. Mediado el primer periodo, el Bregenz tomó la iniciativa conforme se agigantaba la figura de Aleksic en la portería pero el CAI reaccionó con un parcial de 4-0 que le devolvió la ventaja (9-10). Aunque Pablo evitó males mayores, el Bregenz se fue a los vestuarios con la mínima diferencia (11-10).

Lo del segundo periodo fue una película de terror para el CAI Aragón. Todo lo que pudo salir mal, salió mal. El Bregenz iba sumando pese a la oposición de Pablo mientras el ataque aragonés se fue agarrotando. Cuando no tiraban fuera, paraba Aleksic. El acierto ofensivo apareció con cuentagotas. En el minuto 40, el CAI Aragón perdía por 18-13 y Mariano Ortega solicitó tiempo muerto. En los siguientes 20 minutos, los zaragozanos únicamente fueron capaces de anotar dos tantos. Ni de penalti, ni en superioridad, ni desde los seis metros... no había manera. La diferencia de la ida era tan abismal que el Bregenz ni siquiera se planteó la posibilidad de remontarla como una realidad. No peligró la clasificación pero el CAI perdió algo más que el partido. La moral del grupo quedó seriamente maltrecha. Ahora hay siete días por delante para repasar, analizar y corregir antes de la visita del Antequera.