La pelota del CAI Zaragoza está, más que nunca, en manos de los jugadores. Tras las palabras de Joaquín Ruiz Lorente en la rueda de prensa posterior al partido ante el Barcelona, en la que, entre otras cosas, definió a su equipo como "una caricatura" en la segunda parte, el club espera que la plantilla se vea espoleada por esa evidente exposición pública y responda a esas declaraciones en la pista, mostrando un carácter que hasta ahora no se ha visto, ofreciendo su lado más competitivo porque el objetivo del playoff todavía es posible y, sobre todo, una imagen digna.

Tras decir que en la segunda parte habían sido "una caricatura" de equipo, Joaquín Ruiz Lorente acusó directamente a algunos componentes de la plantilla de haber dado por terminada la temporada. "Lo que me preocupa, y digo que soy el máximo responsable de este partido, es que por sensaciones, hay jugadores que han desconectado ya de la temporada. Es mi responsabilidad y la asumo", señaló el técnico, que mostró toda su contundencia al afirmar: "Si morimos con seis, moriremos con seis porque tenemos cuatro partidos por delante y no quiero que se afronten de esta manera".

Esas palabras reflejaban el malestar del técnico pero la sensación que tiene el club es exactamente la misma. El descontento con la actuación del equipo en estos dos últimos partidos es absoluto y así se lo han hecho saber a la plantilla. Así que ahora la palabra la tienen los jugadores, de los que el club espera que no bajen los brazos en los partidos que restan para terminar la Liga. Entre otras cosas, porque el acceso a los ocho primeros clasificados todavía es posible. Pero, sobre todo, por dignidad.

El hundimiento ha sido colectivo y total y Joaquín Ruiz no señaló a nadie en concreto en sus declaraciones, pero sí en las decisiones que tomó durante el partido. Fueron muy significativos los ocho minutos de que dispuso Rasko Katic o los diez que jugó Marcus Landry. El ala-pívot estaba siendo el mejor del CAI Zaragoza hasta hace tres semanas, gozando de la total confianza del entrenador, pero en los últimos encuentros ha desaparecido por completo. Con Jelovac tan anárquico e independiente como siempre, Ruiz Lorente le dio los últimos cinco minutos del encuentro a Juan José García, que hasta ayer solo había jugado cinco segundos en Madrid ante el Estudiantes y es el último en la rotación del técnico.

En estos momentos de zozobra queda en evidencia una de las lagunas en la confección de la plantilla de esta temporada, la ausencia de un líder, de uno o varios jugadores con carácter capaces de tirar del equipo en las malas situaciones, de una figura, bien en la pista, bien en el banquillo, que pueda frenar la caída del equipo cuando esta se produce de manera tan drástica como el pasado domingo. El entrenador, que tampoco lo ha conseguido en estos encuentros, ya se ha pronunciado. Ahora la palabra, y la pelota, la tienen los jugadores.