--¿Le sorprendió la decisión del CAI de destituirle?
--Sí, fue una sorpresa.
--¿La entiende?
--La decisión no la tomo yo, con lo que no tengo que entenderla, sólo respetarla.
--El detonante de la decisión fue el pésimo partido del CAI en la Copa Príncipe contra el Menorca. ¿Qué interpretación hace de lo que allí sucedió?
--Que fue un muy mal partido en la pista y ya está.
--El CAI ha querido cambiar de dirección bruscamente porque el equipo no avanzaba a la velocidad deseada. ¿Cree que había perdido el control de la plantilla?
--No, no. En absoluto, pero esa es mi opinión, claro.
--¿Por qué el equipo ha rendido por debajo de sus expectativas?
--Porque el comienzo fue malo y luego nos ha pesado mucho. Eso lo hemos acusado. Hay un dato que explica esto muy bien: hemos ganado más partidos fuera de casa que en el Príncipe Felipe, y eso no es normal. A mí no me había pasado nunca en mi vida. Nos ha pesado la presión por el mal inicio.
--La presión que tiene el equipo, la enorme exigencia de la ciudad, un club tan grande en la LEB. ¿Eso se nota de verdad?
--Hay una presión grande alrededor del equipo y eso a veces es un contrapeso a favor y otras en contra. Cuando las cosas van bien, te da alas. Pero cuando sucede al revés, todo se da la vuelta.
--¿Tan determinante fue el bache en el que cayó el equipo al principio de temporada?
--Sí, porque comenzamos bien contra Gijón y en Fuenlabrada, donde dimos la cara y buena imagen. Luego, todo se torció porque mentalmente pensamos que era todo sencillo, que ibamos a coger una velocidad de crucero muy fácilmente. Y no ha sido así.
--¿Qué cambiaría de lo que ha hecho en este tiempo?
--Eso no se puede hacer, no se puede volver atrás. Yo soy ya historia del CAI Zaragoza.
--¿A qué achaca el rendimiento irregular de muchos jugadores?
--A que el equipo no ha ido bien y eso se ha traspasado a ellos. Es una consecuencia lógica, pero esta plantilla tiene un gran nivel.
--¿Cuál es la posición que cree que le correspondería realmente?
--El puesto real es el séptimo, que es donde está. Esa es ahora mismo la única realidad.
--Usted cuando firmó incidió en que una defensa sólida era trascendental. ¿Por qué no ha defendido bien el CAI Zaragoza?
--Ha sido lo más importante, lo que más nos ha pesado, pero poco a poco hemos ido mejorando y más jugadores han ido creciendo.
--¿Se marcha dolido por algo?
--No, no me voy dolido. Nunca me he movido por rencor.