El Tecnyconta Zaragoza fue mejor que el Morabanc Andorra en varias cosas y durante más tiempo, lo que le reportó una merecida y tranquila victoria, la quinta de la temporada, la cuarta consecutiva en casa (90-74). El equipo aragonés dio la sensación en todo momento de tener claro cómo debía comportarse, qué debía hacer y, lo más importante, lo hizo con una eficacia generalizada. Ni el Tecnyconta pareció un equipo de cuatro victorias ni el Andorra de siete, fruto del buen trabajo de los aragoneses y del desacierto y desconcierto que eso provocó en el conjunto pirenaico. El equipo disfrutó de su triunfo y la grada se marchó satisfecha, no pide mucho más.

La gran virtud del conjunto de Andreu Casadevall fue que no solo no sufrió con los puntos fuertes de su rival sino que consiguió minimizarlos hasta el punto de convertirlos en sus debilidades. El temido juego interior andorrano se quedó en nada, Shermadini fue bien anulado por un activo Norel y las ayudas de sus compañeros, Antetokounmpo se cargó de faltas antes de poder exhibir nada, el corpulento Burjanadze tampoco fue la solución. El Tecnyconta se hizo fuerte por dentro, planteó una batalla palmo a palmo dentro de la pintura y salió victorioso con un Norel crecido, un Jelovac comprometido hasta el punto de tirarse al suelo a pelear balones, un Fotu siempre sumador, incluso con Kraljevic.

Fue un buen trabajo indiviudal y colectivo. Porque incluso le funcionó también jugar sin pívots. De hecho fue con los pequeños cuando remontó en el segundo cuarto la única ventaja andorrana (19-23 fue la máxima preocupación en el marcador) y dio el primer golpe sobre la mesa. Una vez conquistado el juego interior, aparecieron los exteriores. Concretamente los dos lituanos del equipo, ayer intercambiables en cuanto a acierto. Primero fue Juskevicius con tres triples casi seguidos al final del segundo cuarto. Después se apuntó Gecevicius con otros tres, esta vez sí consecutivos, en el tercer cuarto para romper definitivamente los intentos del Andorra por darle la vuelta al partido.

La sensación de dominio aragonés fue constante y continua. El Andorra poco pudo hacer con sus interiores desactivados. Se lanzó a la desesperada aumentando la agresividad de su defensa y jugándosela al triple. Pudo recortar distancias pero nunca puso en peligro la victoria local. El Tecnyconta llegó a acumular 20 puntos de ventaja (70-50) al inicio del último cuarto y lo más que pudo hacer su rival fue quedarse en once (82-71) pero entonces la segunda técnica al técnico Joan Peñarroya y su consiguiente expulsión terminaron por cerrar el choque.

Otra de las constantes que marcaron el juego aragonés fue la defensa. El Tecnyconta realizó una encomiable labor atrás que le permitió robar muchos balones. Benzing tocó casi todos, utilizando bien su envergadura para estar allí por donde pasaba la pelota, y fue un imán para los rebotes en el primer cuarto. Pero todos sumaron en esa faceta, todos y en todo momento. El Tecnyconta defendió con intensidad incluso la última posesión andorrana, con el partido ya decidido, sin nada en juego. Una muestra más, primero, de que la insistencia de Casadevall ha calado en el grupo y, segundo, de que el Tecncyonta cuenta con un grupo comprometido y unido. Eso no siempre garantiza el éxito ni gana partidos por sí solo, pero ayuda bastante y es un primer paso.