Era el verano de 1998 y acababan de aterrizar Savo Milosevic y Chechu Rojo. No se habían apagado del todo los rescoldos de la Recopa y el club presentaba una aventura nueva, despedido ya Víctor Fernández y reutilizado por última vez (la penúltima, en realidad) Luis Costa. Aquel Zaragoza, más o menos, sería el que 20 meses después se plantaría en la última jornada con opciones de ganar la Liga. La única vez, sí. Casi nada visto en la perspectiva de un tiempo que dejó aquel primer curso un comienzo tan bueno que nadie lo ha igualado hasta hoy. Tampoco logró ningún otro Zaragoza en estos veinte años superar las cuatro primeras jornadas con 8 puntos en la clasificación. Uno más sumó aquel equipo que cedió en Mendizorroza (1-0) pero derrotó al Athletic (2-0), Betis (1-3) y Racing (3-1). Bien reconocibles eran y son aquellos primeros goleadores que acompañaron al bombardero serbio: Marcos Vales, Gustavo López, Jamelli y Aragón.

Si bien la comparación es intencionadamente casual, los datos invitan a la reflexión, a creer que el Zaragoza ha elegido por fin el buen camino. Ocho puntos en cuatro jornadas que podrían haber sido diez o doce, que en ningún caso podrían haber sido menos. Los dos triunfos y dos empates logrados por el equipo de Idiakez no son fruto de la casualidad. No sobra nada, en todo caso falta: un mejor linier ante Las Palmas, un poco más de ambición en Reus.

Visto al revés, es el mejor arranque zaragocista en los últimos 20 años. Se obvian las categorías, claro. Nada que ver con las sensaciones, que buenas son. Esta vez es cuestión de números, de goles (7), casi tantos como los puntos que han situado al conjunto aragonés entre los seis primeros, estación obligatoria para cualquier equipo que se exija el ascenso por alguna de sus vías.

Sale ganando, por supuesto, en la comparación con cualquiera de los últimos que intentaron el ascenso, que se fueron estrellando de diferentes maneras. El que más cerca estuvo fue el Zaragoza de la temporada 2014-15, el de Borja Bastón y Willian José, que llegó hasta la final de la promoción y cayó en Las Palmas (2-0) tras haber vencido en La Romareda (3-1). Ese grupo empezó la Liga, sin embargo, con solo tres puntos en las cuatro primeras jornadas, tres empates que lo colocaron 19º de entrada, con 3 goles a favor y 6 en contra.

Peor fue aún el comienzo anterior, el primero de los seis últimos, cuando el cuadro de Paco Herrera solo sumó 2 puntos de los primeros 12, dos feos empates ante el Hércules y el Mirandés que lo colocaron antepenúltimo. Un gol de Roger en Alicante fue todo su crédito. La temporada no sería mucho mejor. Acabó decimocuarto con 53 puntos.

El mejor inicio de los años últimos lo firmó el equipo de Luis Milla en el 2016, con 7 puntos logrados por medio de dos victorias (UCAM Murcia y Huesca) y un empate en Lugo. Sus 9 goles le valieron para ser segundo una vez pasado el primer mes de competición, aunque la temporada se torcería luego hasta acabar en la decimosexta plaza.

Un año antes, el de la debacle de Palamós, acabó octavo un curso que había iniciado con 5 puntos que lo pusieron decimotercero para empezar. Tampoco fue bueno el comienzo último con Natxo González, que era decimoquinto después de sumar 4 puntos en su primer mes.