La Policía Nacional informó ayer de la detención de 23 ultras, 13 del Avispero y 10 del Ligallo y cuatro de ellos menores de edad, por su «participación activa» en la pelea que ambas peñas zaragocistas protagonizaron antes del partido entre el Real Zaragoza y el Getafe en la localidad madrileña el pasado 20 de noviembre. La investigación llevada a cabo por la Jefatura Superior de Policía de Aragón concluyó la semana pasada identificando y deteniendo a estos 23 ultras y se les imputan numerosos delitos como riña tumultuaria, desórdenes públicos, delito de daños y delito de odio. Todos ellos han quedado en libertad con cargos.

Según explica la Policía, los dos grupos de aficionados se encontraron en torno a las 14.00 horas en una terraza de un bar de Getafe y comenzaron una «pelea tumultuaria» en la que se lanzaron el mobiliario del bar convirtiendo la zona en una «auténtica batalla campal». No es la primera vez que miembros de ambas peñas se agreden mutuamente y provocan altercados públicos. Ahora los 23 detenidos están ya a disposición judicial.

Después de conocerse los hechos el Real Zaragoza también anunció medidas contra estos grupos. El club aragonés anunció el día después de la pelea que no iba a vender más entradas para los seguidores de estas peñas para los partidos de fuera de casa. Asimismo, indicó que iba a personarse en la instrucción que iba a abrirse en los juzgados de la localidad madrileña en calidad de perjudicado, al tiempo que condenaba «enérgicamente» los incidentes sucedidos en Getafe. De momento, el club no ha tomado más medidas para los partidos en La Romareda.

Una vez conocidas estas medidas, el Ligallo no quiso pronunciarse sobre las mismas, mientras que el Avispero solicitó una reunión con el Real Zaragoza porque entendían «errónea» la decisión del club. El resto de peñas zaragocistas, por medio de la federación de peñas, apoyaron la resolución tomada por la entidad aragonesa.