Álex Molina, el seguidor del FIATC Joventut de Badalona detenido por la policía el 5 de octubre por un altercado en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza, ha sido condenado a pagar una multa de 300 euros por desobedecer y ofender a la autoridad. El titular del Juzgado de Instrucción número 5 de la capital aragonesa considera que el aficionado formó un "gran alboroto" con el resto del público al blandir la bandera independentista y que, al ser apercibido por la policía, se encaró a los agentes al grito de "españoles de mierda" e "hijos de puta". A raíz de ello, el joven, de 22 años, fue detenido y llevado al calabozo.

El juez da por buena la versión policial de que Molina "se encaró" a los aficionados del equipo local, el CAI, y que provocó "una reacción adversa" al exhibir "una bandera catalana de considerables dimensiones" mientras gritaba "independencia" y "puta España". Por la vía administrativa, la Subdelegación del Gobierno en Zaragoza también tiene abierto a instancias de la Comisión Antiviolencia un procedimiento contra Molina, para el que pide 4.000 euros de multa y que no pueda entrar en un recinto deportivo durante 12 meses.