El discurso del presidente Piqué tuvo mucho más fuerza que el del presidente Bartomeu. «Estamos a muerte con el míster», dijo con vehemencia el central para reclamar más crédito hacia el técnico que sacó al Barça de «la mierda absoluta», como él mismo lo definió. La mierda era la época del Tata donde el equipo se autodestruyó, con Messi y Neymar en el campo, sin alcanzar prácticamente nada, solo una mísera Supercopa de España.

«Cuando llegó este míster veníamos de la mierda absoluta, con él ganamos el triplete», recordó Piqué en una apasionada defensa de Luis Enrique, que vive ahora sus peores momentos en el Camp Nou tras el 4-0 encajado en París. «Me gustaría que miráramos atrás y viéramos todo el trabajo que ha hecho con nosotros», reconoció el defensa, que jugó un partido de pádel contra su amigo Carles Puyol. «Estamos intentando todos juntos pasar este bache», aseguró Piqué, recordando que «seguimos vivos en las tres competiciones, aunque es verdad que en la Champions esté muy muy difícil».

El Barça, según Piqué, se halla en una encrucijada porque debe jugar de otra manera para adaptarse al tridente. «Si jugásemos como hace seis años, los rivales te cogen la matrícula. El fútbol cambia, debemos evolucionar. Hay años, como el primero del míster, en que encontramos la fórmula, en otras épocas nos cuesta más», aseguró el defensa, admitiendo que ahora el juego del equipo «no es reconocible». Ese es el verdadero drama del Barça. Se mira y no se reconoce.

«El entrenador seguro que está buscando soluciones en el despacho para salir de formas distintas, combinando de un modo, de otro... Los jugadores lo intentamos. Pero quizá no es un problema tan táctico», apuntó dando otro diagnóstico. «Es la confianza. Lo primero que hay que aceptar es que no estamos en nuestro mejor momento. Doy mi palabra de que estamos haciendo todo lo posible para darle la vuelta a la situación». Piqué lanzó un mensaje de unidad apelando al pasado: «Este equipo y este entrenador han ganado ocho títulos, con dos años de éxito rotundo. Entiendo que no hay memoria, pero me cuesta creer que sea tan corta y que se pite a todos».

Para combatir la depresión, solo hay un remedio. «Lo veo superable. Llevamos un mes y medio sin jugar el futbol que nos gustaría jugar y lo mas importante es ser reconocibles. Si nos dedicamos a ir de un lado para otro y hacer un box to box, tenemos mucho que perder».