Podía haber hecho las maletas y enrolarse junto a su coetáneo Andoni Iraola en la Liga estadounidense para engordar su bolsillo pero prefirió demostrar que “la edad es solo un número”, confesión suya, y que su voracidad longeva “no tiene secretos”. FueXavi Hernández quien se atrevió a categorizar que “nunca había visto” en el mundo cabecear tan exquisitamente como lo hace Aritz Aduriz (San Sebastián, 11 de febrero de 1981), que aspira el sábado a marcar su primer gol en el Bernabéu. Recién cumplidos los 35 años, su biografía, tras vestir cinco camisetas, podría representar la del jornalero del balón que fue de aquí para allá para ganarse la vida pero el Peter Pan que recaló en Lezama procedente de la fábrica del Antiguoko guipuzcoano solo ha tenido unos colores, los del Athletic, y lo ha demostrado regresando, sin reproches, a la casa de donde le echaron en dos ocasiones.

Se marchó primero a Burgos porque los técnicos rojiblancos no veían en él materia prima para el primer equipo y fueron sus goles en El Plantío los que llamaron la atención del Valladolid, ganándose el primer retorno a Bilbao para rescatar a los leones de aquel bienio negro en el que se flirteó con el descenso hace una década. Como ‘agradecimiento’, dos años más tarde, una tarde de agosto en que el equipo jugaba precisamente un amistoso en Pucela, fue vendido al Mallorca, quizá el traspaso más repudiado en la centenaria historia del Athletic. De allí al Valencia, y triunfando en Mestalla fue cuando volvió a San Mamés para asumir la responsabilidad que su predecesor en el puesto, Fernando Llorente, eludió en busca de un 'glamour' frustrado pese a que la entidad bilbaina siempre le trató con una deferencia que no tuvo con Aduriz. Eclipsado por un entonado Soldado, el Athletic aprovechó que Unai Emery no le daba mucha bola para llevárselo por una miseria: 2,5 millones.

110 GOLES DE ROJIBLANCO

Con la espina de no haber podido cursar estudios superiores ligados al deporte, Aruriz evoca que de chaval solo pisó una vez el viejo Atocha, aunque en sus genes se reconoce un consumado deportista que ha practicado el piragüismo, el frontón y ha destacado en la nieve (con 9 años quedó subcampeón español de fondo), amén de erigirse en notable surfista y aventajado golfista. Más amante de una buena cena en familia, con su mujer Ainhoa y un suegro fanático de la Real, que de la fiesta, dice que estaría encantado de acudir a la Eurocopa con la selección de Vicente del Bosque.

Cuando un aficionado busca en su memoria con qué gol quedarse de los 110 anotados como léon puede elegir entre el maravilloso tanto que le hizo a Casillas por toda la escuadra en San Mamés o aquel primero a la Real en enero de 2006, pero ninguno como cualquiera de los tres que endosó al Barça el pasado verano en 'La Catedral' para alzarse con el título de la Supercopa. El club le primó con una ficha que ronda los dos millones de euros tras renovar hasta 2017, parte de la cual ha invertido en un gran ático que están construyendo en Donostia con vistas a la bahía, única excentricidad que se le conoce. “Todo radica en la confianza que tiene, sabes que siempre estará ahí para hacer gol”, destaca Ernesto Valverde. “Siempre se ha cuidado mucho. Iba a las cenas del equipo, cumplía y se marchaba, pero el secreto es que ha encontrado el hábitat ideal, tiene experiencia y mucha confianza. Y es un portento físico, tiene un cuerpo privilegiado", enjuiciaba otro íntimo, David Albelda con quien coincidió en el Valencia. Su estirpe puede ser el mejor legado para las futuras generaciones de leones.