Egipto, Marruecos, Nigeria, Senegal y Túnez. Cinco representantes africanos y ninguno salvó la honra del continente traspasando la fase de grupos hasta una eliminatoria. Un retroceso inesperado. Ni siquiera hasta los octavos, el lugar donde se pararon Argelia y Nigeria hace cuatro años en Brasil. Las Águilas Verdes, que habían accedido a la segunda etapa en tres de sus cinco participaciones, sucumbieron en un grupo imposible con Croacia, Argentina e Islandia.

Lleva años el mundo del fútbol esperando la anunciada irrupción de una selección africana hasta las últimas estaciones que no acaba de producirse. Los cuartos de final de Camerún (1990), Senegal (2002) y Ghana (2010) se erige en un listón aparentemente infranqueable. Ni un futbolista a quien distinguir ha proyectado el fútbol africano, debilitado seguramente por el proceso emigratorio que sí ha reforzado a otros países vía nacionalizaciones.