El árbitro Truman Calvo González, de 19 años, fue agredido el pasado sábado en Zaragoza en el transcurso del partido de Tercera Cadete (14 y 15 años) que dirigía entre el At. Valdespartera y La Muela, justo el mismo fin de semana en que reaparecía Fahd Abbou, que había sido también agredido el 12 de diciembre en un partido de Primera Regional.

Truman Calvo fue golpeado por varios aficionados al término del encuentro. La policía, que se presentó momentos después de la agresión, no pudo encontrar a los autores de la agresión de la que fue atendido en un centro médico donde no se encontró ninguna lesión de gravedad.

El Sindicato de Árbitros, en su página web, señala que los agresores son "gente conocida del club que actuaba como local" porque "nadie va a un partido de nuevas y agrede a un árbitro".

Igualmente exige que en caso de no colaboración por parte del club local, exigen a la Federación Aragonesa de Fútbol y a su recién reelegido presidente, una vez más, "que lance el peso de la ley sobre este club evitando con ello un ejemplo generalizado que es dar cobijo a los agresores arbitrales, una práctica más que extendida en nuestro país y que denunciamos cada semana".

En las últimas semanas los actos violentos contra árbitros se están sucediendo en Aragón porque el pasado 10 de diciembre un jugador de la categoría benjamín (8 años) fue expulsado por propinarle una patada a un colegiado y ha sido sancionado con ocho meses de inhabilitación y el pasado sábado, otro jugador de la misma categoría, repitió esa misma acción contra el colegiado.

Paco Ramo, presidente del Comité Aragonés de Árbitros de Fútbol, ha señalado a EFE que este tipo de situaciones "se nos van de las manos en cuanto a que se debe a forofismo de los padres. Algunos se creen que tienen a Ronaldo y Messi y la lían con el más débil".

Ramo cree que luchar contra este tipo de comportamientos es labor de todos los estamentos del fútbol, pero que cuando se es directivo de un equipo este tipo de actos se pueden ver venir porque conocen a la gente que es más conflictiva.

"Los forofos están localizados en cada equipo. Siempre hay alguno, que además es el que menos sabe, y si no se mete con el árbitro lo hace con el entrenador. Por desgracia todavía sigue habiendo un reducto de energúmenos que van con forofismo al campo", ha señalado.

Igualmente ha indicado que en este tipo de comportamientos violentos pasa lo mismo que en la sociedad: "hacer eso, a un energúmeno, le da notoriedad y luego te oyes que es un buen chico pero que ha perdido lo papeles".

Con respecto a las agresiones de los jugadores benjamines ha apuntado que quizá la culpa sea del padre que grita ya que el niño se cree que es la prolongación de su padre.

Sobre Truman Calvo ha comentado que tras la agresión se encontraba muy afectado y pensó dejar el arbitraje pero que parece que ahora se ha replanteado las cosas y que desea continuar.