Ha llegado una nueva etapa para la sección de baloncesto del colegio Cristo Rey. Durante seis años el técnico Beto Rived puso los cimientos de esta cantera de nuevo cuño. Creció el número de practicantes en el colegio situado en la antigua carretera de Huesca. Este año Rived ha pasado el testigo a Carlos Vilar, que ya entró dentro del proyecto el año pasado como colaborador de Rived y entrenador del equipo cadete femenino.

Vilar dirige la sección deportiva más potente del colegio en número por delante del fútbol, el balonmano, tenis de mesa, aerobic, kárate y pádel. "Rived tenía otros proyectos en mente y necesitaba oxigenarse. Su herencia es más que buena y pocos cambios llevaré a cabo. Se ha incrementado el número de niños, ahora tenemos más de 200 y seguimos en la misma línea. Pero Beto y yo somos diferentes y casi sin darme cuenta haré algún cambio con el tiempo", afirma Carlos Vilar.

Reconoce que son relativamente nuevos en este deporte y que no pueden luchar de tú a tú con potencias como Helios, Casablanca, Compañía de María o El Olivar. "No estamos en el mismo nivel que estas canteras y, si un chaval destaca, es difícil que siga jugando en Cristo Rey. Hay equipos y clubs que fichan a jugadores y nosotros no lo hacemos. Queremos que venga gente del colegio, que funcione el boca a boca con los vecinos, amigos, familiares... Intentamos crecer con lo que tenemos y nuestra base son los alumnos del cole. Pero las ambiciones de muchos chavales son las de crecer y eso a veces no se lo podemos ofrecer. Nuestra idea es que el día de mañana nadie se quiera ir de Cristo Rey porque hemos mejorado en cantidad y calidad".

Este año han querido dar un paso valiente en escolar femenino. "Hay generaciones con cierto potencial y las chicas preinfantiles, infantiles y cadetes juegan en el nivel A. Sufriremos, pero es un orgullo competir con las mejores de Aragón para a medio plazo subir en nuestro nivel. Será un año de aprendizaje. El resto compiten en el nivel B. El objetivo es que disfruten y aprendan haciendo deporte para competir sin aspiraciones de ganar campeonatos", reconoce.

Los equipos

Cristo Rey cuenta con 17 escuadras. Se entrenan y compiten en el pabellón cubierto, las tres canchas exteriores y las cuatro de minibásquet. "Tenemos una escuela desde primero de Primaria con seis años. Hasta esta edad no se decantan por ningún deporte. Las categorías más pequeñas se entrenan dos días a la semana y los infantiles y cadetes hasta tres", explica Vilar, que explica que la filosofía de la cantera es "educar haciendo deporte y la formación integral de los chicos y de las chicas. No hacemos equipos por niveles, sino que respetamos las generaciones y los grupos de clase. Intentamos hacer las cosas bien para competir lo mejor posible", apunta el coordinador.

En mayo llega el día grande del colegio en el deporte de la canasta. "Es cuando se celebra el torneo de la sección de baloncesto e invitamos a clubs y colegios de Zaragoza. Se montan cuadrangulares en todas las categorías. Estamos vinculados con el CAI Zaragoza y con el resto de canteras nos llevamos bien", indica Carlos Vilar.

El coordinador de la sección de baloncesto del colegio zaragozano tiene una visión dual de la forma de practicar este deporte en las categorías escolares en la capital aragonesa. "Hay colegios y clubs que intentan competir y educar y otros que son más resultadistas y cuyo objetivo es ganar. Todo es respetable y cada uno elige su camino. Nuestro fin último es ganar, pero no es nuestra motivación. En el baloncesto aragonés hay cosas que me gustan y otras que no me gustan porque no son educativas y son prescindibles". En el lado positivo piensa que cada vez se fomenta más el baloncesto. "Me gusta que cada vez hay más gente practicando baloncesto que en otros deportes. Siguiendo esta línea de trabajo, de todos los chavales alguno llegará a la élite en el CAI Zaragoza o en el Mann Filter. Aunque a día de hoy hay pocos", concluye Vilar.