--¿Cómo afrontan el partido frente al Girona?--Con la intención de mantener la buena racha que llevamos. En esta categoría la igualdad es la nota predominante, porque en Primera ves claro qué equipos van a ganar muchos partidos, pero aquí hay pocos capaces de acumular varios triunfos seguidos. Nosotros llevamos tres, por eso nos hemos metido en la zona de ascenso y de ahí no queremos bajar, aunque sabemos que nos espera un partido muy duro. El Girona es fuerte en su casa, mete presión y es un equipo muy correoso.

--Suman 15 puntos de los últimos 18. Ese balance da confianza.--Con esos puntos y esas victorias lo mejor que sucede es comprobar que el trabajo que se está haciendo tiene un reflejo en la tabla, lo que da más confianza. Pero el año va a ser muy largo, larguísimo, y no podemos pensar que va a ser un paseo. Como tampoco si pinchamos caer en la impresión de que el equipo vuelve a las andadas o no corrige los defectos. Va a haber tiempo para todo y el único objetivo es distanciarnos del cuarto, es lo que vale en Segunda.

--Marcelino y muchos de sus compañeros hablan de un margen importante para la mejora. ¿Dónde lo sitúa usted?--Nos falta continuidad en los partidos, ser mejor equipo durante los 90 minutos y tener más regularidad. Y estamos trabajando mucho la estrategia, porque en jugada casi no nos hacen ocasiones, pero después por detalles sí que nos crean peligro y nos marcan.

--El técnico ha insistido mucho esta semana en el discurso de la humildad, en evitar la prepotencia.--Es lógico. La experiencia nos lo dice y los que estuvimos el año pasado sabemos lo que significa ese error. Hay que partir del trabajo y tener siempre ambición desde la humildad. Todo el mundo habla de que somos de Primera División, del presupuesto o de los futbolistas que hay en este equipo, pero tenemos que pensar que somos once contra once en el césped, todos con brazos, piernas y corazón. Esa superioridad, si la hay, hay que demostrarla corriendo igual o más que el rival.

--Quizá en esa autocomplacencia está uno de los mayores peligros para no lograr el ascenso.--El peligro es creérnoslo. Es bueno tener confianza y las victorias la dan, pero eso no hay que confundirlo con relajación y con la falsa idea de que ganarás por llamarte Real Zaragoza. El fútbol no funciona así.

--A nivel personal, comenzó el curso alternando el banquillo y el once, pero ahora lleva tres jornadas seguidas de titular. Va a más.--Esa continuidad de ahora la valoro mucho, porque he vivido un principio de temporada diferente a otros. Tuve el problema del pie y me hizo parar en verano. Por ello, la pretemporada casi no me sirvió de nada, porque necesité más tiempo para coger la forma física. Ahora, estoy contento a nivel personal, por aportar mi grano de arena, porque aquí solo vale el equipo.

--Pero usted es un jugador especial para la afición zaragocista.-- Lo asumo y sé que la gente al ver a uno de la casa se siente más reflejada porque somos aragoneses. Para mí esta temporada supone un reto, que es el mismo de todos, también de la afición y hasta de los medios, y consiste en intentar sumar para que el club pueda volver al sitio del que nunca debió descender, la Primera División.

--Se le nota muy implicado en esa meta global del equipo.--Lo estamos todos. En mi caso, es más que un reto, supone muchas cosas. El conseguir ese ascenso será un sueño, lo más grande que he hecho con el Zaragoza.