--¿Cómo se está encontrando hasta ahora en la pretemporada?

--Muy bien. Es una situación nueva para mí, porque mis circunstancias siguen siendo muy especiales. Es muy importante el día a día e ir controlando todo. La verdad que hasta ahora estoy contento con mi estado físico.

--¿No ha tenido dudas sobre su estado físico?

--Hace mucho tiempo, por ejemplo, que no entrenaba en dobles sesiones. Por eso tengo que ir viendo cómo estoy día a día. Mi cuerpo se encuentra en un proceso de adaptación y debe aceptar toda esta carga física que ahora es muy necesaria. Ahora estoy muy cansado, pero es de fatiga muscular de pretemporada. Me alegra mucho que solo sea de eso y que no sean molestias por otra cosa. Por eso veo que mi cuerpo se va ajustando.

--Parece imposible que después de más de dos años parado se encuentre en su actual estado.

--Yo hace un tiempo no pensaba estar así, pero siempre tienes fe e ilusión. Por eso, con la ayuda de Andrés Ubieto y de Nacho Dieste, me puse manos a la obra y a trabajar duro, aunque esto no es cuestión de dos días. Que yo esté así es una cuestión de mucho tiempo.

--¿De qué se acuerda ahora si mira hacia atrás?

--Ahora mismo tampoco es cuestión de dar pena o de pensar en lo vivido en Rusia, ni de decir que para mí sea un éxito personal volver a jugar al fútbol. Eso ya no vale. Y yo soy consciente de lo que supone para mí volver al Real Zaragoza, pero ahora hay que dar el callo, ser uno más y ayudar al equipo. Yo estoy saboreando y disfrutando el día a día y cada día me voy marcando un objetivo en la cabeza. Por eso cada vez te vas pidiendo algo más.

--¿Ya se empieza a sentir otra vez futbolista?

--Me siento otra vez futbolista y con todo lo que eso conlleva en España en cuanto a la gente, la prensa y todo, porque entiendo que al final lo que hay que hacer es hablar en el campo. Si hablas mucho, al final el mensaje pierde fuerza. Luego llega el domingo a domingo y eso es otra historia, donde lo cambia todo un mal pase o un gol en el minuto 90. Eso nos cambia a todos el estado de ánimo y la forma de ver las cosas. A mí me apetece que empiece todo ya y la gente vea al equipo.

--¿Qué le dice Luis Milla?

--Es una persona que habla mucho con todos y poco a poco va diciendo lo que quiere del equipo. En mi caso estoy cogiendo otra vez los mecanismos y la velocidad mental del juego. Hace mucho trabajo con balón y eso me viene bien, pero con entrenamientos exigentes. Lo conocí antes de que fuera presentado y él sabe perfectamente mi situación. Por eso es de agradecer que estén pendiente de ti y que te vayan preguntando cómo estás. Eso se agradece.

--¿Es consciente de que cuando empiece a rodar el balón se le va a exigir como uno más?

--Pero yo estoy muy confiado en mí mismo. Sé que, si estoy bien, voy a responder bien, pero vuelvo a repetir que lo importante es el equipo. Cada uno debe asumir sus responsabilidades y ser exigente con uno mismo. Dudo mucho que a mí quien me exija lo haga más que yo mismo. Ahora voy día a día y esa es la ilusión que tengo. Estamos sembrando para luego recoger.

--¿Su caso es uno de esos en los que se podría aplicar aquello de que la fe mueve montañas?

--Sin duda. La fe mueve montañas, pero también el trabajo, el sacrificio y poner por encima de todo muchas cosas. Además de tener ilusión por lo que tú quieres y no dejar de pensar que sigues siendo futbolista. Ya le dije a mi familia que para mí los fines de semana eran de futbolista y por eso me cuidado como tal en cuanto a salidas y dieta. Siempre he hecho sacrificios. Pero entonces te das cuenta de lo que cuesta estar al máximo nivel cuando no te encuentras bien físicamente. Si tú no haces un sacrificio o un esfuerzo, otros lo están haciendo y luego no puedes competir con ellos.

--Han llegado ya varios refuerzos, pero entre la afición tanto la incorporación de Cani como la suya son las que más ilusión han levantado entre la gente. ¿Cómo analiza esa circunstancia?

--Yo conozco esta casa y también he pasado momentos complicados en ella. Sé lo que significa el estado de ánimo en el mundo del fútbol, tanto para el jugador como para el entorno y para todo el mundo. Está muy bien tener ilusión y el club tiene que disfrutar de ella, porque bastante se ha sufrido, pero aquí no solo somos Cani y yo. Nosotros somos dos jugadores más del equipo y aquí debemos conseguir que todo el mundo sume. Está claro que tenemos más experiencia y más kilómetros en el cuerpo con la camiseta del Real Zaragoza, así como que hemos mamado el zaragocismo, pero aquí todos debemos ir a una. La Segunda División es muy larga y habrá momentos complicados. Por eso tendremos que estar todos muy unidos. Los que no juegan son tan importantes o más que los que lo hacen en el mundo del fútbol.

--¿Hasta dónde llega su grado de ilusión?

--Es muy alto, pero sé que el fútbol tiene vaivenes que los futbolistas deben controlar. Esto también lo he trabajado psicológicamente, porque para mí volver al Real Zaragoza no es lo mismo que ir a otro sitio. Sé lo que supone y el tiempo te va preparando para asimilarlo, pero, por ejemplo, para tu familia siempre hay más presión externa y el entorno siempre cuenta. Yo estoy con mucha ilusión, pero luego vendrá el domingo a domingo y habrá que vivir la realidad de cada momento. Será importante empezar bien, pero eso no te asegura el ascenso y tampoco que no lo vayas a conseguir por empezar mal.

--¿Cree que se está formando una plantilla lo suficientemente competitiva para poder luchar por el ascenso?

--El ascenso, como dijo Juliá, tiene que ser una ilusión, pero no un objetivo. Por eso a veces me cuesta hablar de ello. No sirve de nada decirlo, porque al final se trata de ser competitivo cada día. Si eres competitivo y piensas en el partido a partido, luego ya veremos hasta dónde llegamos. Yo he visto todos los partidos del Real Zaragoza y he seguido la Segunda División. Aquí todo cambia mucho en pocas jornadas y el playoff le da mucha vidilla a la competición, porque hace que todos los equipos estén enchufados. Hay mucha igualdad.

--Milla quiere que intenten jugar bien al fútbol. ¿Eso es posible en Segunda?

--Lo que significa jugar bien al fútbol tiene muchos debates, porque al final lo importante es intentar ser competitivos. Y para eso unos lo hacen de una forma más vistosa, más bonita, y otros no tanto. Entrenando ya se ve que el míster quiere que el equipo sea bastante protagonista con el balón.

--Dice que prefiere no hablar del ascenso, ¿pero cuántas veces ha soñado que volvía a jugar con el Real Zaragoza en Primera División?

--Muchas veces he soñado con eso, un montón. Claro que lo piensas. Primero piensas que para ti un sueño ya sería volver a sentirte futbolista y ponerte la camiseta del Real Zaragoza, pero ahora mismo eso ya no te vale, porque siempre sueñas con dar otro paso más. Ahora no me vale con jugar un partido, hay que ganarlo. Ver que la gente se ilusiona por ti es gratificante, pero luego hay que corresponderles tratando de dar el máximo y demostrando que el equipo es competitivo. En mi caso también valoras más que tu cuerpo te responda.

--¿Es consciente de que ha vuelto al Real Zaragoza en uno de los momentos más difíciles de su historia?

--Pero tengo 31 años y mi ilusión era volver a jugar en Real Zaragoza. Yo miro más allá de poder ayudar al club que me lo ha dado todo. Nadie puede dudar de eso en el caso de Cani y de mí. A mí eso me hace sentirme mejor.

--La gente ha recuperado la ilusión, pero quizás esta temporada sea más importante que nunca empezar bien para alimentarla tras el varapalo de la temporada pasada en el último partido ante el Llagostera.

--Empezar bien siempre es importante para la afición y para el equipo, pero, aunque sea complicado, nos tenemos que olvidar de lo sucedido en el último partido de la temporada pasada. No obstante, si empezar bien va a hacer que la gente se olvide de eso, ojalá que podamos hacerlo, pero yo creo que hay que hacer borrón y cuenta nueva y centrarnos en la nueva temporada.