Queda una vuelta para que termine una Volta espectacular. Chris Froome, enrabietado por el despiste del sábado camino de Reus, donde perdió el podio, ataca y rompe el pelotón. Desciende como si se estuviese jugando el Tour por Montjuïc. Lo capturan. Ya solo quedan los buenos delante. ¡Última subida! ¿Quién demarra ahora? Nada menos que Marc Soler, el tercero de la general y la revelación de la prueba. ¿Quién lo neutraliza? Alberto Contador, segundo de la ronda catalana, en persona. Ya se huele la meta, se fuga Dan Martin, el ganador del 2014, Alejandro Valverde lo marca. Se van. Abren hueco. ¿Y quién gana? Nada menos que un salvaje ciclista de Murcia, cada día más joven, cada día mejor ciclista y que poco después se proclama vencedor absoluto de la Volta 2017.

UNA VOLTA CON AROMA DE TOUR

En Montjuïc, según la costumbre de estos últimos años, ha finalizado una ronda catalana inquieta desde el primer día, una Volta que ya ha empezado a respirar el aroma del Tour, cuyos dueños han comenzado a preocuparse por su salud, una ronda catalana que, en lo deportivo, solo ha tenido un dueño y señor, un Valverde que, aparte de conseguir la victoria final, se ha anotado tres etapas que podrían haber sido cuatro si el jurado internacional no le quita al Movistar el triunfo en la contrarreloj por equipos de Banyoles, por los supuestos empujones que José Joaquín Rojas dio a varios compañeros.

Y por la sanción de un minuto que se le impuso a Valverde, a Soler y al resto de corredores del Movistar, el líder y dominador de la Volta corrió más enrabietado, con más ganas, como si lo hubiesen provocado, como queriendo decir aquello de que me habéis quitado un minuto y ahora os vais a enterar. Bien que se enteraron todos, bien que volvió a dejar claro que los 37 años que cumplirá el 25 de abril figuran en su carnet de identidad pero no en sus piernas. “Yo he querido ganar pero aún lo he hecho con más ganas por los compañeros porque nos privaron de la victoria en la contrarreloj que conseguimos con total superioridad”.

SIN PERDÓN

No perdonó ni en La Molina ni en Lo Port, ni tampoco en Barcelona y repitió, más fácil si cabe, la victoria conseguida hace ocho años cuando se anotó su primer triunfo en la Volta. “Ahora la victoria ha sido más fácil que entonces y con mejores sensaciones”, reconoció Valverde, una ‘Bala’ salvaje que encontró en Soler el delfín perfecto, el ciclista que a los 23 años grita con fuerza que se quiere abrir paso entre las figuras de este deporte, la nueva perla del ciclismo catalán, español, europeo y mundial. “Ganará una grande. No tengo la menor duda”, repitió Valverde este domingo. “Nos gustaría que este año no disputase ninguna carrera de tres semanas pero igual los acontecimientos nos obligan a cambiar de planes”, reconoció Eusebio Unzué, en la meta de Barcelona, al hablar del joven valor de su equipo.

Pasó la Volta disputada al antojo de Valverde; tercera carrera del año y tercera victoria absoluta tras las conseguidas en Murcia y Andalucía. Ganó ‘el Bala’ que abandonó Catalunya con 104 victorias profesionales… un palmarés que parece como una fuente inagotable de agua, como si alimentase un estanque dorado, el de los éxitos, donde ya se ha empezado a bañar Soler para seguir la senda de su jefe de filas.