Ya reina, como si nunca se hubiera ido, como si nunca una valla salvaje le destrozase la rodilla derecha en la primera etapa del Tour 2017. Siete meses después, Alejandro Valverde repite lo que siempre ha sabido hacer y que no es otra cosa que ganar, ganar y ganar. Solo ha hecho falta un pequeño examen, la semana pasada, en la Challenge de Mallorca y dos etapas en la ronda levantina. Desde este jueves, el ciclista murciano, el líder del Movistar, es el nuevo líder de la Vuelta a la Comunitat Valenciana tras su victoria en Albuixech.

Y para cimentar el primer triunfo tras el retorno nada mejor que escoger un puerto que el pasado verano Alberto Contador incluyó en la historia del ciclismo, el Garbi, una montaña que hacía las delicias de los cicloturistas valencianos pero que no contaba en su carretera con gestas profesionales. Allí fue donde Contador probó uno de sus ataques más salvajes en la pasada ronda española. Y ahí fue, esta vez recompensado con la victoria, donde este jueves Valverde ha puesto la ronda valenciana patas arriba. Toca ahora una contrarreloj por equipos y una etapa con montaña más dura para que el murciano confirme también el triunfo en la general.

La opinión del ciclista

"Entrenando me encontraba muy bien; en Mallorca, la semana pasada tuve muy buenas sensaciones y aquí he pensado que cuanto antes llegase la victoria, mucho mejor", manifestó Valverde, en Eurosport, nada más cruzar la meta. Atrás ha quedado la dureza de la caída de Alemania, meses de recuperación espartana y hasta incertidumbre, en verano, de que si era posible volver y cómo al ciclismo profesional.

Ya no hay dudas. Ni una. No hay rodilla que pueda frenar a un Valverde 37 años que sigue sin tener fecha de caducidad. Él no necesita relevo. Él es su propio relevo.