No puede más que esbozar una sonrisa, no le queda más remedio que reírse, tomárselo ya "a broma", no le queda otra que hacer chistes en privado ante la enésima pregunta sobre su paciencia, sobre si es feliz o no, sobre qué va a pasar si el McLaren sigue sin rendir como se esperaba. Fernando Alonso repite una y otra vez: "Soy feliz". Así que entonces se buscan grietas por otro lado. "Tiene a dos campeones del mundo frustrados por los resultados. Si el coche no rindiera el nivel que se espera, ¿cree que Alonso podría tomarse un año sabático?", le preguntó ayer la prensa inglesa a Ron Dennis. "Llevo muchos, muchos, años en la F-1 para saber que nunca se puede descartar nada", valoró Dennis para quitarse el asunto de encima, para mostrar su orgullo como jefe, como copropietario de una escudería mítica, legendaria, aunque no pase por su mejor momento: "Siempre habrá pilotos fantásticos que luchen por correr aquí".

Y ya se ha liado. Y más al final de una temporada con todo decidido. Y más con la moda de las redes sociales y el Twitter, que convierte una broma en verdad. "Yo no he dicho nada semejante", aclaró Alonso en el hospitality, relajado, duchado, cambiado. "Me sorprendió cuando me preguntaron en el corralito de televisiones tras la clasificación, pero no puedo andar comentando, desmintiendo, todo el día lo que dicen, o se supone que han dicho, otras personas", dijo riéndose. "Es lo mismo de siempre. ¿Si es para presionarme? En el caso de que haya dicho algo así, no será para presionarme a mí, será para presionar a Honda".

FUTURO CLARO Porque Alonso lo tiene muy claro. "Nadie conoce el futuro, no sé si voy a cenar esta noche, o lo que voy a cenar, pero puedo asegurar ahora que mi intención es correr el próximo año, y el siguiente. Todo lo demás no tiene sentido". Cenó, claro que lo hizo, con su novia, la periodista Lara Álvarez, asturiana como él, como los cinco amigos que han venido de Oviedo para verle, para disfrutar unos días en su casa de Dubai, a donde va y viene desde Abu Dabi cada día de este fin de semana. Alonso explicó que su paso a McLaren no fue una rabieta de un día. Lo tenía muy pensado. No quería seguir en un coche que solo le aseguraba el segundo puesto. "Realmente soy feliz, lo soy en mi vida personal, pero también en la profesional. Ya no quería más años siendo segundo. Lo experimenté durante cinco años en Ferrari y preferí otra opción para intentar ganar a los Mercedes. Ha sido un año malo en resultados, pero como proyecto ha sido un año increíble".

Alonso se siente bien pagado (el mejor junto a Lewis Hamilton), se calcula que ingresa 40 millones de euros con el contrato de Mclaren y sus patrocinios. Tiene paciencia para esperar. El asturiano está seguro de que el coche del 2016 no tendrá nada que ver con el de este año y "en el 2017, se abre de nuevo el reglamento y eso siempre perjudica al que domina, en este caso Mercedes. Si me preguntan si voy a ser campeón del mundo, diré que creo que sí, pero si no lo consiguiera, no pasará nada. De los 20 pilotos que estamos en la parrilla, solo cuatro sabemos lo que es eso", dijo Alonso. Ni año sabático ni prejubilación.