Es una carrera de cifras, lo es desde su nombre, las 500 Millas, 804,6 kilómetros que separan a los pilotos del triunfo en una carrera de más de tres horas, con siete u ocho paradas en box, con cuatro o cinco neutralizaciones. Es un acontecimiento de números: alrededor de 350.000 espectadores en las gradas, el mayor aforo en directo que se pueda reunir. Es una tradición que llega a su 101 edición, más de un siglo de historia, resumida en una yarda de ladrillo, la brickyard, situada en la línea de meta como vestigio de la antigua superficie de este óvalo en el que el español Fernando Alonso ha plantado sus ojos para hacer más grande su palmarés. Otro número revela las posibilidades del asturiano: las casas de apuestas le dan como favorito al triunfo.

Al asturiano no solo le atrae la tradición de las 500 Millas, también la repercusión mediática. El seguimiento de los entrenamientos de la Indy se ha multiplicado fuera y dentro de EEUU, ha sido trending topic en las redes. «Ha propiciado más tráfico en las redes que un título en F-1», desvela Luis García Abad, su mánager. En estos días, el equipo McLaren Honda Andretti ha incorporado dos nuevos patrocinadores.

Vettel, primero / Por otra parte, el piloto de Ferrari Sebastian Vettel respondió con autoridad en la segunda sesión de entrenamientos del Gran Premio de Mónaco de F-1 con un mejor tiempo de 1:12.720 a su rival británico Lewis Hamilton Mercedes, que lideró la primera tanda, pero se quedó muy lejos en la segunda al ser octavo octavo. El tetracampeón alemán mejoró en siete décimas el registro del de Mercedes. «Hemos sufrido para sacarle adherencia a los neumáticos y hemos patinado un montón», explicó el británico.

Mientras que la inquietud circula por el garaje de Mercedes, en el de la escudería Toro Rosso se las prometen felices. Sus dos pilotos, Daniil Kvyat y Carlos Sainz, completaron una buena jornada con un cuarto y quinto lugar, respectivamente, en la segunda sesión libre.