No son pocos los efectos beneficiosos del deporte en el ámbito personal ni son un secreto. Uno de ellos es que permite, en mayor o menor medida, evadir por unas horas los problemas de cada uno. Por ello, ayer se celebró la segunda edición de una jornada deportiva para personas en riesgo de exclusión socio-residencial organizada por la Coordinadora de Centros y Servicios para Personas Sin Hogar de Zaragoza. La cita tuvo lugar en el CDM La Granja y contó con la participación de más de un centenar de personas que pudieron practicar fútbol sala, baloncesto, atletismo, zumba y tenis de mesa.

El evento contó con colaboración de Fundación Caja Inmaculada, gracias a la donación efectuada en 2016 para realizar actividades que mejoren la inclusión social de este colectivo, y cuyo importe ascendió a 38.500 euros, así como de la Fundación Decathlon, que aportó su granito de arena con un gran número de voluntarios para la jornada.

Para José Luis Esteruelas, uno de los organizadores de la jornada, el objetivo principal era «fomentar a través del deporte los valores de la convivencia, el respeto, el esfuerzo, la diversidad y que vengan acompañados de unos hábitos de vida saludables, así como sensibilizar sobre las adicciones». Sin embargo, esta es solo una de las muchas actividades que se planean para este colectivo ya que, entre las diez organizaciones que componen la oordinadora, se realizan salidas mensuales de carácter cultural y a la naturaleza, talleres de informática, de teatro o de musicoterapia, entre otros.

Matiz importante

Esta jornada, que finalizó con una comida de hermandad, no está destinada solo a personas sin hogar o que vivan en la calle. Se trata de hombres y mujeres que «están en riesgo de exclusión socio-residencial grave. En estos momentos, aunque algunos están en la calle sin un techo, muchos viven en habitaciones pero tienen dificultades para mantener esos alojamientos», señaló Esteruelas.

Además, cabe señalar que cualquiera, dadas sus circunstancias personales, puede pasar por dificultades económicas que terminen en problemas para tener un techo bajo el que dormir. Ese es el caso de Alejandra, por ejemplo. «Tengo mucha formación y hablo varios idiomas, pero las empresas no desean personas con más de 50 años y quieren nativos para ser profesor de idiomas. Es un poco frustrante verse en una situación de exclusión o de vulnerabilidad por la causa que sea», aseveró.

De todos modos, ayer fue un día para dejar de lado los problemas y «compartir un día deportivo cuando de normal estamos en otras circunstancias», como recalcó otro participante. Al final, como dijo Alejandra, «lo más importante es tener la intención de levantarse, como estoy haciendo yo».