--Por fin tuvieron una alegría en campo del Espanyol.

--Era una victoria muy buscada y por fin ha llegado. Mejor tarde que nunca, porque, aunque no nos ha permitido recortar mucha distancia con los puestos de permanencia, por lo menos nos ha hecho creer que se puede soñar con lograr la salvación.

--Ahora, tras el triunfo de la Real ante el Sevilla, se quedan a 10 puntos de la línea de salvación. ¿Eso mina un poco la moral?

--No, no tiene nada que ver. Lo importante era tener las sensaciones de saber que podíamos ganar un partido y levantar la moral. Queda claro que no se nos había olvidado jugar al fútbol, porque al final, en nuestra situación, dudas de todo. Tenemos que ir partido a partido sin mirar la clasificación ni pensar en los demás, porque eso te puede hacer hundirte. Ahora hay que ganar al Betis y saber que en cada partido hay que ir a por los tres puntos.

--Quizás, tras ver todo perdido, se han liberado y ahora empiezan a dar un plus más.

--Creo que estábamos atenazados por la situación y por ese miedo a descender y fracasar. Esto sucede cuando van pasando las jornadas y ves que la distancias con la permanencia no se reducen. Lo que hemos hecho ha sido liberarnos, pensar que no podemos estar más abajo y que debemos afrontar los partidos sin tanta presión. Sabemos jugar al fútbol, pero tenemos que demostrarlo.

--Con Jiménez estaban dando mejores sensaciones, pero quizás el primer triunfo ha tardado más de lo previsto en llegar.

--Nos hubiera gustado ganar mucho antes, pero es cierto que desde la llegada de Jiménez se produjo un punto de inflexión y mejoramos en actitud e intensidad. A partir de entonces se ha visto un Zaragoza más ambicioso, aunque la necesidad también te obliga a ello.

--Reaccionaron ganando en campo del Espanyol, pero da la impresión de que la derrota frente al Rayo les hizo mucho daño.

--El día del Rayo nos pudo la responsabilidad y el miedo a perder. Eso te hace meterte inconscientemente atrás y al final se te escapa la victoria, pero hemos sabido reponernos. Desde la charla que tuvimos nos hemos liberado y frente al Espanyol ya se vio otro Zaragoza, que va partido a partido y que no le da miedo absolutamente nada ni nadie.

--Esa charla que tuvieron en el vestuario era tan necesaria para salir adelante.

--Las charlas surgen porque surgen y no creo que deban ser preparadas. Somos profesionales e intentamos buscar lo mejor para el Zaragoza. Son reuniones que se producen con la única idea de sacar al equipo del descenso.

--Tanto Jiménez como ustedes siguen diciendo que la permanencia es posible, pero para convencer a la gente no queda otro remedio que demostrarlo con hechos y eso pasa ya por ganar el lunes al Betis.

--Así es, porque no se pueden dejar pasar más puntos y menos en casa. Gran parte de la salvación, como sucedió en las dos últimas campañas, pasa por ganar los partidos de La Romareda. Tenemos que hacer un fortín aquí.

--Para lograr la salvación podrían necesitar 42 puntos y para llegar a esa cifra deberían sumar más del 50% de los que quedan en juego. Por eso el objetivo es complicado.

--Pero todo es posible y todo está por hacer. Sabemos que es difícil, pero no imposible. Hay que creer en ello y los primeros que tenemos que creer que se puede conseguir somos los jugadores y el cuerpo técnico. Si creemos en ello lo vamos a conseguir y si no lo hacemos tiraremos la toalla. Y eso es lo que no puede pasar. No es bueno hacer conjeturas ni sacar estadísticas, porque todo depende de lo que hagas en cada partido y no vale otra que sumar de tres en tres. Es cierto que hay que ganar nueve partidos y que no lo hemos hecho en todo el año, pero muchas veces la necesidad te hace sacar lo mejor de cada uno.

--Usted es de aquí, ¿percibe que la afición todavía mantiene viva la esperanza por salvarse?

--Por supuesto. Toda la gente que me para por la calle me da mensajes positivos y me dice que todavía es posible. Y yo les dijo que claro que es posible y que mientras haya vida hay esperanza. Podremos tener más o menos calidad, pero el equipo se está dejando el alma. Lo que no podemos prometer es que vamos a lograr la salvación, pero sí que vamos a luchar por conseguirla. Ese es el mensaje que queremos dar desde el vestuario.

--¿Nota más responsabilidad por ser aragonés?

--Si que siento mucha responsabilidad, porque he estado en este club desde los 11 o 12 años. Me duele ver el Real Zaragoza en la situación actual y me hubiera gustado vivir otra etapa más bonita y con otras aspiraciones, como meterte en Europa, pero la realidad es la que es y conseguir la salvación los dos años anteriores fue como lograr un título. Es lo mejor que ha pasado y espero repetirlo ahora otra vez.

--En el vestuario hay muchos jugadores que están de paso, ¿pero les ve implicados?

--Todos los jugadores están implicados y eso se ve cada domingo. Podremos tener más acierto o menos, pero la implicación es total. Los jugadores llegamos al final de los partidos al vestuario muertos. Eso te marca la profesionalidad de esta plantilla. En otro vestuario, en esta situación, se estarían tirando trapos sucios unos a otros y aquí eso no pasa. Todos sabemos que la salvación va a ser buena para el Zaragoza y para cada uno de nosotros. Somos una piña.