­—No hace muchas semanas se había marcado como reto superar los 16 goles que consiguió en el Elche hace seis años. Ya ha llegado a 18 y le quedan todavía ocho jornadas. ¿A cuántos va a llegar?

—Trataré de llegar a lo máximo, mejorar aún más si cabe. Es una cifra que nunca imaginé que iba a llegar. Ojalá lleguen todavía muchos más, sobre todo para darle puntos al Zaragoza, que es lo que quiero y para lo que lucho cada partido. Me está saliendo una buena temporada a nivel personal y estoy muy contento en ese sentido.

—¿Es la temporada actual la mejor de su vida?

—Bueno, tengo casi 30 años y si no es la mejor, pues de las mejores. Estoy muy contento por la temporada. Además, están viniendo los goles, que es lo que un delantero siempre necesita.

—¿Cuántos goles metía de pequeño?

—Una temporada metí 91 con el Geneto, creo que era en categoría de benjamines.

—¿Se quedaron campeones?

—Sí. Íbamos bastante sobrados aquella temporada. En un partido metí 13 goles.

—La afición le está dando un cariño enorme. ¿Cómo lo recibe?

—El último día salí muy contento del campo porque la gente valoró mi trabajo. Yo me vacío siempre en cada partido y ahora están entrando los goles, así que la situación está mucho mejor.

—No es muy habitual que La Romareda coree al unísiono y de manera espontánea el nombre de un futbolista. Le pasó el domingo. ¿Cómo se sintió?

—Estoy contento de que la gente se porte así conmigo, y superagradecido de que corearan mi nombre. Yo creo que la afición está muy contenta conmigo por el sacrificio que hago en el trabajo durante la temporada. Hay muchos partidos que podía haber marcado algún que otro gol, pero mi grado de sacrificio siempre está ahí. Que la gente valore ese trabajo para mí es un motivo de orgullo.

—Ha marcado goles bien diferentes esta temporada, pero el de la última jornada ante el Mallorca, de cabeza a la salida de un córner, es poco habitual en sus registros.

—No es habitual porque el remate de cabeza no es mi principal virtud, pero traté de superar al portero y al defensa por arriba y lo conseguí. Cuando estás en racha, llegan goles que normalmente tienes más dificultad para marcar. Quise ponerla ahí y me salió bien.

—Su temporada estaba siendo buena, pero hasta hace poco afirmaba que no estaba del todo conforme con sus actuaciones. ¿Ahora sí?

—El delantero vive del gol, eso está claro. Y en algunos partidos anteriores no salía tan contento porque no tenía mucha fortuna. Me pasó el día del Nástic, por ejemplo, que se me fueron ocasiones al palo o cerca de la portería. Uno lucha cada partido por marcar algún gol más, pero también es verdad que, hablando de la temporada completa, estoy muy contento.

—¿Puede soñar con lograr el pichichi ahora que ha llegado a las 18 dianas? No está tan lejos, a solo dos goles.

—Soñar es gratis. Como lo es, intentaremos pelear con los grandes competidores que tengo. Son grandes jugadores como Joselu (20), Roger (20) y Ortuño (17) y están en grandes equipos. Para poder competir con ellos hay que pelear mucho, pero es una temporada para pelear por eso.

—No vienen muchas oportunidades como esta.

—Nunca se sabe en un futuro lo que puede saber, parece la temporada idónea.

—¿Qué influencia ha tenido Láinez en su juego?

—Ha dado mucha tranquilidad al equipo y desde que llegó tenemos mucho más la pelota y la capacidad de atacar de una forma más ordenada. Si no recuerdo mal, en Elche tuve tres ocasiones solo contra el portero y marqué dos; y el otro día también tuve varias. En cada partido ahora tengo dos o tres ocasiones. Antes había partidos que terminaban y no había ni chutado a puerta.

—Desde el principio dijo que Ángel era el mejor jugador de la categoría. ¿Qué se piensa cuando un entrenador le da tanta confianza?

—Me siento halagado, con la confianza por las nubes. Para mí es un motivo de orgullo y eso me sirve para trabajar más y más, y para tratar de que ese pensamiento que tiene sobre mí no lo cambie.

—Goles son amores y ahora recoge mucho cariño a su alrededor. Javi Ros también ha dicho que está a un nivel estratosférico y que al Zaragoza no se le puede escapar un delantero así.

—Javi, además de un compañero, es un amigo. Gran parte de responsabilidad de lo que estoy haciendo la tiene él, por ejemplo, con la asistencia que me dio en Elche, o las que me dan Lanza, Cani o Xumetra. Si estoy a ese nivel es porque mis compañeros me han ayudado mucho.

—¿El futbolista se siente culpable cuando pasan tres entrenadores en una campaña?

—En parte sí porque ellos no tienen la culpa de todo. Milla es un buen entrenador y me dio mucha pena que se fuera, pero cuando llegan esas circunstancias en las que no se puede echar a 18 jugadores, es más fácil cambiar de entrenador. Sí es verdad que estamos dolidos por haber tenido tres entrenadores en una temporada porque no es lo habitual.

—¿Por qué ha cambiado tanto el equipo con Láinez?

—El equipo está más tranquilo y a la hora de jugar tiene más personalidad y más ganas de tener el balón. El ataque, además, es más organizado. No con pelotazos sino de una forma más clara. El equipo no ha cambiado mucho, la calidad y el nivel siguen estando ahí, pero muchas veces el cambio de entrenador también sirve para coger aire.

—¿Ha habido cambio de sistema, cambio de mentalidad, otro mensaje del entrenador?

—Todo influye mucho. Para mí Láinez es un pedazo de entrenador, y si no lo demuestra ahora, lo hará más adelante. Estamos ante un entrenador muy muy muy bueno.

—¿Un triunfo en Miranda dejaría la permanencia casi cerrada?

—Sí. Hay que llegar a los 50 puntos, la barrera de cada año. Hay que llegar cuanto antes para estar más tranquilos y disfrutar.

—¿Todavía verían alguna opción de llegar al ‘playoff’? Pasaría, para empezar, por ganar en Miranda y al Getafe.

—Ahora mismo no. No hacemos cuentas. Vamos a Miranda a seguir sumando de tres en tres y llegar a los 50 puntos cuanto antes, luego dios dirá. Quedan ocho partidos y hay grandes rivales por delante de nosotros. Es muy difícil a estas alturas pensar en el playoff. Hay muchos rivales, además, que quieren entrar. Es casi imposible.

—Además de la emotiva celebración final, dio la impresión el otro día en algunas acciones del partido que el grupo está muy unido.

—Este es uno de los mejores vestuarios que he tenido en mi carrera. A pesar de estar en situaciones muy complicadas, en las que normalmente suele haber alguna trifulca o malestar, aquí ha habido una situación bastante tranquila durante todo el año.

—El Real Zaragoza ya ha demostrado públicamente su interés en que renueve su contrato. ¿Ha hablado con el club?

—Sí. He hablado con ellos y hemos tenido conversaciones, pero ahora mismo están aparcadas para ver cómo se consigue la permanencia. Cuando se logre, se retomarán las conversaciones. Obviamente, con el Zaragoza será con el primero que me siente a hablar para intentar llegar a un acuerdo.

—¿Qué es lo que tiene que pasar para que Ángel se quede en el Zaragoza?

—Ahora las cosas están así y lo primero es lograr la permanencia cuanto antes. Hemos aparcado las conversaciones y cuando se retomen llegará una decisión.

—¿Se puede pensar que el partido de este domingo en Miranda es más sencillo al jugar contra el colista?

—Jugar en Miranda es muy complicado. Ganar el partido será difícil y ellos se están jugando la vida. Es casi su última oportunidad para poder reengancharse al resto de equipos. Vamos a intentar hacer un gran partido y conseguir los tres puntos.

—El Mirandés es un equipo aguerrido, de los que no se le suelen dar bien al Zaragoza.

—Es un equipo muy compacto al que el míster nuevo le ha dado otra identidad para ser más fuertes defensivamente. Por eso tenemos que estar muy atentos.

—¿Sabe que habrá mil zaragocistas en Anduva?

—Como el año pasado en el primer partido de Liga. El Zaragoza es uno de los clubs que más aficionados mueve en España. Esta temporada no ha habido ningún campo que no hubiese gente animándonos. Por eso el Zaragoza se merece estar en Primera División.

—¿Se imagina cómo se comportaría la afición si las cosas fueran bien?

—Estaría aún más animada. Incluso yendo las cosas mal te animan y apoyan fuera de casa. Si fueran bien… ni me lo imagino