El debut de la selección aragonesa se saldó con una derrota mínima ante Uruguay en un encuentro igualado que se decidió en la prórroga y que cayó del lado visitante porque los uruguayos son un equipo más conjuntado, más armado y más trabajado. Aragón se mostró irregular durante todo el encuentro, pero dejó destellos de calidad y la afición disfrutó con el encuentro. El resultado no era trascendental, pero todos se tomaron el partido como si fuera el más importante e intentaron decidir el choque con jugadas individuales que no siempre salieron bien.

Aragón todavía no está hecho como equipo, pero tiene buenos jugadores que ayer mostraron sus habilidades sobre la cancha. Primero fueron los hermanos Angulo quienes brillaron con luz propia. En el primer cuarto Alberto puso la calma y Lucio la garra que hizo levantarse a la grada. Después aparecieron, aunque fugazmente, Maluenda, Legasa, Ordín y, finalmente, Vidaurreta, que fue el mejor del encuentro y que estuvo a punto de darle la primera victoria a Aragón.

MUCHAS VARIACIONES El marcador subía y bajaba y la balanza se iba inclinando de uno u otro lado según lo acertado de las muñecas de los jugadores. Empezó muy fuerte Uruguay, que planteó una defensa contundente y consiguió ahogar a los locales, que no encontraban ideas para llegar a canasta. Sin embargo, el segundo cuarto tuvo un claro color aragonés, que llegó a ganar de 10 (41-31) al descanso. Con esa diferencia, los locales buscaron el lucimiento y los uruguayos, que no se despistaron ni un momento, aprovecharon para ir recortando distancias y ponerse a dos puntos al término del tercer cuarto.

Los últimos diez minutos resultaron trepidantes, con un ritmo elevadísimo y cambios constantes en el marcador. A pesar de las destacadas actuaciones de Legasa y Vidaurreta, los locales no consiguieron la victoria, y tuvieron que conformarse con forzar una prórroga. Sólo hicieron falta cinco minutos más para que Uruguay terminara imponiéndose en el marcador. La prórroga evidenció la corta edad de los aragoneses, entre los que triunfó la anarquía y las ganas de decidir el encuentro de forma individual. Vidaurreta estuvo sobresaliente, pero no pudo dar la victoria a su equipo. El resultado no importó a los aficionados, que animaron a los suyos hasta el final y terminaron aplaudiendo a dos equipos que ofrecieron un buen partido.