No había mejor día que el de San Jorge para relacionar, con orgullo, las palabras «Aragón» y «campeón». Los pupilos dirigidos por Miguel Sevil lograron, por segunda vez en su historia, conseguir el Campeonato de España de Selecciones Autonómicas sub-18, un hito nada sencillo por la dificultad de todo el torneo, el número de fichas federativas en comparación con otras comunidades y por la entidad de todos los rivales.

Sin embargo, Aragón sacó la garra y la casta para llegar hasta la fase final, golear a Galicia en las semifinales y, en el último paso, el más difícil, lograr la hazaña de repetir el éxito del año 2003 gracias a los tantos de Alejandro Puertas y de Carlos Vicente en la segunda mitad.

Como ante el combinado gallego, los aragoneses fueron de menos a más durante el encuentro. Los nervios iniciales ante un Pedro Sancho lleno de gente pasaron factura a los de Miguel Sevil y el primer susto lo dieron los catalanes con un balón peinado de cabeza de Alavedra que salió flojo pero rozando el palo de Azón. Mientras, Aragón esperaba atrás, ordenado con el sistema de cinco defensas y dos mediocentros, pero sufría a la hora de sacar el balón jugado. Mediada la primera mitad comenzaron a desperezarse los jugadores aragoneses y empezaron a crear peligro por las bandas, con David Vicente y Jorge Pérez ayudando con sus subidas y transiciones a Carlos Vicente y Diego Martínez.

Forcén, muy voluntarioso durante todo el partido, realizó un eslalon entre varios defensores y chutó forzado a las manos de Adrián López. Antes del descanso, la conexión entre los hermanos Vicente terminó con un cabezazo alto de Carlos.

La segunda mitad comenzó con un susto de Delgado tras un mal despeje de Ballesteros, pero enseguida reaccionaron los aragoneses con un pase picado de Luis Forcén al que no llegó Diego Martínez por poco. Cataluña se limitó a esperar e intentar sorprender con algún contragolpe, pero no encontró verticalidad.

El éxtasis / Alberto Soro sustituyó a un agotado Luis Forcén y cabeceó un centro de David Vicente, uno más, fuera de la portería catalana. Ese fue el aviso previo al tanto de Puertas. Losfablos, omnipresente en la contención y en la creación junto a Uche, robó en la frontal, disparó, el portero catalán puso las manos blandas y el jugador del Huesca solo tuvo que empujar el esférico para marcar el primero.

Cataluña comenzó a desesperarse y a jugar más directo hacia la portería de Azón, pero el guardameta aragonés no tuvo que esforzarse en ninguna acción por el buen trabajo defensivo de la retaguardia aragonesa. Miguel Ángel Samprón jugó los últimos minutos con tres centrales a la desesperada y, en el minuto 91, llegó el éxtasis en un contragolpe llevado, entre paredes, por Puertas y Carlos Vicente. Finalmente, este último se encargó de sentenciar el partido a quemarropa.

El grito Yo soy de Aragón y las caras de felicidad de los jugadores y del cuerpo técnico resumen el esfuerzo que les ha conducido a lograr la hazaña catorce años después tras la final del 2014. Tocó en casa, en Aragón, y ya es una generación que, a buen seguro, dará que hablar en el futuro.