La Agrupación Deportiva Hospital de Benasque quiso homenajear a los pirineístas legedendarios del siglo XIX. Fue por esto que hace una semana, en la séptima edición del denominado Les Trancs de les Maladetes, un grupo ascendió la Maladeta Oriental, una cima de 3.308 metros de altitud. Fue hace 200 años cuando el naturalista Friedrich Von Parrot ascendió junto al guía Pierre Barrau hasta la cumbre del considerado por aquel entonces el pico más alto de la cordillera. La hazaña tuvo lugar el 29 de septiembre de 1817. Tras conquistar el pico, Barrau continuó realizando diversas ascensiones por el macizo hasta que en 1824, al cruzar por una grieta, se hundió y desapareció.

Cada año, el recorrido de Les Trancs de les Maladetes ha cambiado y se ha subido el Aneto, Sacroix, Maladeta Central, Pico de Alba o Pico Coronas. Esta actividad está catalogada como una marcha popular de esquí de montaña. Once guías o, como ellos denominan jabalís, acompañaron a los 40 inscritos. Uno de los guías era Sergio Orna. «No es una carrera competitiva, sino una salida promocional con muchos niveles físicos y técnicos. La organización lleva una mochila de color rojo para que se puedan dirigir a nosotros, los participantes llevan un dorsal para poderlos controlar visualmente y los guías nos vamos repartiendo. En cabeza van los más jóvenes abriendo huella», explica Orna.

Aunque no se mira el crono, se realizó un pequeño esprint cronometrado. «Llegamos al refugio de La Renclusa y nos sacaron un caldo con comida dulce. Tras finalizar el avituallamiento y a la altura del ibón de Paderna se hizo una salida de 80 metros de desnivel». Venció Ares Izard, del CE Lleida, seguido de Martí Vigo, de la AD Hospital de Benasque, siendo tercera Jara Minchot, del mismo equipo.

El ascenso tenía tres cortes. Uno era en La Renclusa, el segundo en el glaciar y el tercero en el collado de la Rimaya. «Si no llegan en el tiempo previsto, la organización les dice que regresen. A estas alturas de la primavera, la bajada se debe hacer en un horario en que las condiciones de la nieve estén bien y no interesa bajar más tarde de la una y media», dice Orna.

«A la cima de la Maladeta Oriental llegaron una veintena de personas. También los hubo que se quedaron en el collado de la Rimaya, que está a 3.250 metros». Llegaron a la cumbre antes de la una de la tarde. «El descenso hasta el Hospital se hace sin pasar por La Renclusa y estábamos todos juntos en el Hospital a las dos menos cuarto», asevera.

Comenzó la marcha a las seis de la mañana. «La nieve estaba muy dura. Hubo que poner cuchillas en las fijaciones de los esquís y después crampones. Seguimos el circuito de esquí de fondo. Tras llegar a La Renclusa se sube en dirección del ibón de Paderna y se deja a la izquierda el Portillón Inferior y Superior. Nosotros continuamos en dirección a la Maladeta». La nieve era continua casi desde la salida en los Llanos del Hospital. La parte más complicada era el final. «Es el corredor de la Rimaya. Pero ahora hay mucha nieve y había una huella bastante grande. Y nuestros guías colocaron una cuerda fija para el descenso para que la gente se fuera agarrando. La arista cimera es una rampita de nieve y roca que se pasó sin mucha dificultad», apunta Sergio Orna, que nació en Zaragoza hace 51 años y lleva 30 en Benasque. Está en la junta directiva de la AD Hospital de Benasque y es miembro del GREIM de la Guardia Civil de Benasque.

Los premios

La jornada finalizó con una comida en el Hospital de Benasque y la entrega de las habituales esquellas como trofeos. Hugo Ramón fue el participante más joven y Miguel Santos, el de mayor edad. El premio para los representantes internacionales fue para Sylvain Jouvé, del Couserans Libres de Francia, y el premio al esfuerzo, para Carina Llanas, de la AD Hospital de Benasque.

El participante más conocido fue el esquiador de fondo internacional júnior Martí Vigo. «Me lo pasé muy bien e iba con amigos del valle. Son deportes diferentes, pero el ejercicio físico es similar. Me gustó el tramo final con el corredor empinado». En estas dos semanas ha hecho el Aneto, la Maladeta y la Tuca de Paderna. «De aquí a dos semanas comenzará la pretemporada». Lo más destacado de Vigo en este invierno fue su participación en los Mundiales júnior celebrados en Utah, donde terminó el decimocuarto de los 10 kilómetros en estilo patinador.