Esta vez sí. Ha costado, pero por fin el Colo Colo podrá jugar en la Segunda División del fútbol sala nacional. En el primer intento, en el 2015, ya sabían que no iban a poder afrontar el aumento del gasto en caso de ascenso. El curso pasado había ilusión, pero se cruzó en el camino del Bisontes de Castellón. A la tercera fue la vencida y se fraguó un ascenso a fuego lento.

Primero había que superar la eliminatoria ante el Manresa. Los zaragozanos empataron 5-5 en tierras catalanas y el pasado sábado en La Granja, los de Alfonso Rodríguez vencieron por 6-3 y dieron el primer paso para el ascenso, que era el ganárselo deportivamente.

Luego llegó lo peliagudo, que era cumplir con las exigencias de la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS). «Nos juntamos el pasado lunes la directiva y colaboradores para sacar el proyecto adelante y estoy ilusionado porque hay mucha gente que está más ilusionada que yo y con muchas ganas de estar ahí arriba», relata Alberto Meseguer, presidente del club.

Motivos tiene para ello, ya que ayer depositó el Colo Colo el dinero de la inscripción en Segunda División. Eso sí, el dirigente no oculta que será un proyecto austero: «Por ahora no hay dinero para pagarles algo a los jugadores, aunque hay predisposición positiva a competir igualmente. La mayoría ha dicho que sí y otros que no por motivos personales o laborales. Vamos a competir, aunque sea justos», comenta Meseguer.

El dinero mínimo que recomienda la LNFS para competir son 140.000 euros, aunque varios equipos de la categoría de plata se mueven en unos 90.000 o 100.000 euros ya que la Liga incluye en esa cifra un salario para los miembros del equipo.

Eso va a propiciar que el objetivo principal sea mantener la categoría en su primer año en Segunda. De todos modos, el grupo humano y de jugadores del Colo Colo está más que capacitado, con algún refuerzo que llegará para suplir las bajas y dar un salto de calidad, para permanecer en la categoría recién estrenada.

Aún así, la entidad de la capital trabaja sin descanso para recabar más apoyos. Para ello se ha reunido con el Gobierno de Aragón y Ayuntamiento de Zaragoza y siguen buscando apoyos privados que les permitan seguir creciendo y les respalden económicamente. Como bien dice Alberto Meseguer, «esperemos que esto no pare».