No es habitual verlos juntos si no es en una comida antes de un clásico o en una asamblea de clubs. Sin embargo, Josep Maria Bartomeu y Florentino Pérez se unieron ayer para luchar contra el racismo y la intolerancia en el fútbol en un acto organizado por el grupo Prisa bajo el nombre de Sin respeto no hay juego. El Museo del Traje fue el escenario elegido para dar a conocer la iniciativa de dar continuidad al espíritu recogido en el informe de la Unesco, ¿Color, qué color?. Publicado en el 2015, recoge las iniciativas encaminadas a poner coto al racismo y violencia en el fútbol.

Lo primero que pidió el presidente del Barcelona fue una reflexión. Tras una mirada cómplice con Florentino, Bartomeu recordó que si esta lacra sucede en el fútbol «es que algo pasa en esta sociedad». El dirigente hizo mención a la Fundación de Lilian Thuram, exjugador azulgrana, dedicada a enseñar a los niños. «Uno no nace racista, sino que se hace racista. El Barcelona lleva trabajando desde el 2003 y ha podido erradicar la violencia. Los clubs no debemos entrar en debate político. Lo primero que debemos hacer es reconocer el problema, luego utilizar el fútbol para promover valores y aplicar tolerancia cero», señaló Bartomeu.

El dirigente azulgrana recordó que en los 80 se lanzaban plátanos en los campos británicos, algo que llegó posteriormente a Grecia, Italia y España. Uno de los que lo sufrió hace dos temporadas fue Alves cuando le lanzaron un plátano. «Lo abrió y se lo comió y luego hubo un hashtag que se hizo viral en el que se podía leer todos somos macacos».

Llegó el turno de Florentino Pérez, que se refirió a los presidentes de la Juve y Barça como «colegas y amigos» antes de considerar el momento «importantísimo para erradicar el racismo». «El fútbol no entiende de ideologías o colores de piel. El Madrid ha actuado de forma implacable para echar a los violentos. Tolerancia cero», manifestó. Del Bosque se apuntó a la idea de que el problema del racismo «es más de la sociedad que del fútbol».