Tras la catástrofe de París, Luis Enrique empleó la unidad B del Barça. Una unidad B que contenía, sin embargo, un mensaje revelador: había 10 extranjeros en el once inicial azulgrana, algo nunca visto en la Liga. Tan solo Sergi Roberto, nacido en Reus (Tarragona), rompía la foto del Barça más extranjero, revelando el papel cada vez más marginal de La Masia. Un equipo que, además, sufrió muchísimo para ganar, y de penalti, al Leganés. Pero la lectura de esa alineación, más allá de estar plagada de suplentes, que no mejora al equipo como se espera, revelaba también el peso decreciente de la cantera en el Barça, como denunció también el expresidente azulgrana Joan Laporta horas después. «La Masia está desmantelada», escribió el exdirigente en su cuenta de Twitter.

Había tantos jugadores formados en la casa (Messi, Rafinha y Sergi Roberto) como futbolistas franceses (Mathieu, Umtiti y Digne) en la criticada apuesta por renovar el equipo con talento de fuera, sin que ningún joven del filial se haya asentado en el primer equipo en los tres últimos años. Luis Enrique, en cambio, no le dio ninguna importancia a este detalle. «Yo lo siento. Cuando hay un jugador con la camiseta del Barcelona no distingo si es asturiano, mexicano o de donde sea... Yo no lo distingo», recalcó el entrenador para relativizar ese dato.

La involución, sin embargo, ha sido notable. Con Tito Vilanova de entrenador, y en el campo del Levante (25 de noviembre del 2012), el Barça empezó un partido con solo dos extranjeros: Messi y Alves. La lesión del lateral brasileño provocó la entrada de Montoya permitiendo asistir a una fotografía única: un Barça formado por 11 canteranos, que tenía entonces a ocho jugadores catalanes.

Ante el Leganés, todo fue radicalmente distinto: 10 extranjeros y un catalán. «Yo hago las alineaciones partiendo de lo que es lo mejor para mi equipo, son todos jugadores del Barça y nada más», argumentó Luis Enrique, tan obsesionado con el presente que no le gusta mirar al futuro. Vive tan al día que ni piensa en el Mini.

«El equipo sufriendo, el público dividido y la Masia desmantelada. Lo mejor de hoy son los tres puntos», tuiteó Laporta. Mostró así su preocupación por el mal juego mostrado y por los pitos de la afición al equipo y a Luis Enrique. Laporta ya criticó duramente a la directiva tras la debacle de París. «Hace tiempo que pienso que esta directiva está destrozando al Barça, que lo único que está haciendo es aprovechar lo que les dejamos y dedicarse a hacer sus chorizadas».