La nueva etapa del Barça tras la destitución de Sito Alonso empezó igual que acabó la anterior: con derrota (94-82). El equipo azulgrana, con Alfred Julbe como apuesta provisional en el banquillo, ofreció alguna sensación positiva, pero adoleció de la pegada y mostró la inconsistencia de las últimas semanas y dio otro paso más para su condena en la Euroliga con la derrota. Es la decimoquinta en 22 jornadas.

A la espera de la confirmación oficial de la llegada de Svetislav Pesic, el técnico que parece mejor posicionado para el banquillo, y que seguramente se producirá este viernes, el Barça intentó levantarse en Tel-Aviv para escapar a la dinámica negativa de las últimas jornadas. Pero no lo consiguió.

Tuvo momentos para la esperanza, llegó a competir bastantes minutos. Pero también tuvo lagunas alarmantes en defensa y fases de espesura en ataque, que intentó combatir con voluntad. Nada que no se haya visto esta temporada en un bloque bipolar y un reto demasiado complicado incluso para un referente como Julbe que apenas ha tenido un par de días para trabajar el tema mental.

Ese bagaje no le dio para tumbar al Maccabi, un rival muy solvente, plagado de jugones como Pierre Jackson (20 puntos) o Norris Cole (14) que resolvieron por talento individual. En el Barça, que empezó con el joven Kurucs, de 19 años, como titular, un detalle de la filosofía Julbe, tanto Heurtel (18 puntos, 10 asistencias) como Hanga (17 puntos) intentaron tirar del carro, pero sin la ascendencia que necesitaba un pulso de tanta exigencia.