No volvió el Barça del vestuario del Sánchez Pizjuán en el descanso y cuando se dio cuenta del partido ya perdía 2-0. EstabaBravo bajos los palos, pero no todo se reducía únicamente a cambiar de portero si no a que Luis Enrique, a la espera de que Messi eIniesta se recuperen, endureciera a un equipo que se vio atormentado con el arranque del Sevilla. El arranque en la segunda parte. De pronto, 2-0 y todos mirándose buscando una explicación.

De nuevo, se rompió el equipo de Luis Enrique (2-1). No tuvo estabilidad ni contundencia. Cuando estaba con la soga al cuello, se tiró al río de manera desesperada. Pero el corcho, como sostiene el técnico, no flotó como esperaban todos. En la primera mitad, poco Barça. En la segunda, y tras el 2-0, un golpe de orgullo con Neymarasumiendo galones, pero poco más. Demasiado poco. Y en el balón que persiguió Piqué con la mirada por la línea de gol del Sevilla, tras la falta de Neymar al palo, quedó patente la ineficacia azulgrana.

SIN GOBERNAR

Mucha intensidad, pero poca precisión. Es lógico y hasta cierto punto disculpable que el Barça sea ahora, se diga lo que se diga, un equipo oscuro, normal, terrenal. Iba en la primera mitad de área a área, sin gobernar los partidos --los magos Messi e Iniesta viven en la enfermería-- lamentando la desgracia de la madera. Hasta tres tiros estrelló en los postes al inicio, incapaz, eso sí, de resolver en su área las acciones a balón parado. Todo centro lateral, de falta o de córner, era rematado por los jugadores del equipo andaluz.

Y el Barça, que sostenía todo su andamiaje táctico sobre una ala derecha integrada por Alves, Rakitic y Messi --este sábado eranSergi Roberto, Rakitic y Munir-- se giró a la izquierda, con más participación de Neymar, a la espera de que Suárez enganchara uno de esos imponentes disparos que valen una fortuna. Atrás era unBarça dubitativo, a Piqué le cuesta horrores ser el Piqué fresco, rápido, intuitivo que terminó la pasada temporada como un avión, y arriba era un Barça sin pegada.

MATHIEU, SUPERARO Y CAMBIADO

Lo peor, curiosamente, no fue la primera parte. El desastre vino después. El Sevilla corrió más (Gameiro retrató a Mathieu), remató mejor (Kronh-Dehli llegó desde atrás con toda la calma del mundo), además de desnudar, al mismo tiempo, a toda la defensa azulgrana. No, no era solo un problema del portero. Ni mucho menos. Volvió Bravo, pero nada cambió. Y Mathieu, que salió en todas las fotos de los dos goles del Sevilla, acabó siendo sustituido por Luis Enrique. Corrió más Gameiro que el defensa francés. No dio el paso adelante Mathieu para dejar en fuera de juego a Iborra en el 2-0. Un par de minutos más tarde era sustituido.

Cuando quiso reaccionar el Barça era demasiado tarde. Era cuandoNeymar engatilló hasta en tres ocasiones a Sergio Rico, el felino meta del Sevilla. Tres disparos, tres paradas del portero, tres frustraciones consecutivas para el Barça. Y para Neymar. Era el momento azulgrana del partido. Pero Rico se levantó con una grandeza espectacular, hasta el punto de que incluso tuvo a un solo dedo la posibilidad de parar el penalti lanzado por el once brasileño.

El Barça, desorientado por 10 minutos fatales atrás, consecuencia de esos graves desajustes defensivos que ya no son novedad. Tanta debilidad se paga caro. Y no solo porque los rivales, aunque fuera un Sevilla manso y triste, tienen la sensación de que le pueden meter siempre mano, sino porque daña su estabilidad anímica. Se vino abajo y después, al intentar levantarse, topó también con su impotencia. No es el Barça reconocible, fiero y equilibrado que se paseó en una excelente segunda fase de la pasada temporada. Y mira por dónde uno de los Sevillas menos competitivos de los últimos tiempos se mantuvo de pies gracias a su portero y a las piernas de Gameiro.

Luego, realizado el recuento de palos (cuatro en 90 minutos), quizá se apele a la mala fortuna. Pero el problema real del Barcelona es que se parece poco a lo que era. También es lógico. Se sabía que la vida sinMessi sería muy difícil. Se sabía que sin Iniesta aún lo sería más. Lo que no se sabía es que se rompería atrás.

Ficha técnica:

2 - Sevilla: Sergio Rico; Coke, Andreolli, Kolodziejczak, Tremoulinas (Mariano, m.88); N'Zonzi, Krychowiak; Krohn-Dehli, Iborra (Reyes, m.70), Vitolo; Gameiro (Llorente, m.72).

1 - Barcelona: Bravo; Sergi Roberto, Piqué, Mathieu (Dani Alves, m.60), Jordi Alba; Rakitic, Busquets, Mascherano; Munir (Sandro, m.60), Luis Suárez y Neymar.

Goles: 1-0, m. 52: Krohn-Dehli. 2-0, m. 58: Iborra. 2-1, m. 74: Neymar, de penalti.

Árbitro: Jesús Gil Manzano (C. Extremeño). Amonestó a los locales Krychowiak (m.19), Andreolli (m.22), Kolodziejczak (m.33), Tremoulinas (m.73) y Llorente (m.75), y a los visitantes Busquets (m.28), Mathieu (m.48) y Jordi Alba (m.60).

Incidencias: Partido de la séptima jornada de la Liga BBVA, disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante unos 40.000 espectadores, que prácticamente llenaron el graderío. Césped en perfectas condiciones.

- Ficha técnica:

2 - Sevilla: Sergio Rico; Coke, Andreolli, Kolodziejczak, Tremoulinas (Mariano, m.88); N'Zonzi, Krychowiak; Krohn-Dehli, Iborra (Reyes, m.70), Vitolo; Gameiro (Llorente, m.72).

1 - Barcelona: Bravo; Sergi Roberto, Piqué, Mathieu (Dani Alves, m.60), Jordi Alba; Rakitic, Busquets, Mascherano; Munir (Sandro, m.60), Luis Suárez y Neymar.

Goles: 1-0, M.52: krohn-Dehli. 2-0, M.58: Iborra. 2-1, M.74: Neymar, de penalti.

Árbitro: Jesús Gil Manzano (C. Extremeño). Amonestó a los locales Krychowiak (m.19), Andreolli (m.22), Kolodziejczak (m.33), Tremoulinas (m.73) y Llorente (m.75), y a los visitantes Busquets (m.28), Mathieu (m.48) y Jordi Alba (m.60).

Incidencias: Partido de la séptima jornada de la Liga BBVA, disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante unos 40.000 espectadores, que prácticamente llenaron el graderío. Césped en perfectas condiciones.