El portavoz del Barcelona, Josep Vives, compareció ayer en la sala Ricard Maxenchs para presentar «la acción más importante, más grande y más contundente» del club azulgrana contra el fraude y la reventa. «Entendemos que hay un antes y un después de esta acción», aseguró el directivo del Barcelona. Vives anunció la «suspensión cautelar de 2.823 abonos», con efecto inmediato. La reventa tuvo lugar con ocasión del último clásico celebrado entre el Barça y el Real Madrid el pasado 6 de mayo en el Camp Nou.

El coste económico del fraude por la reventa ilegal de estos abonos fue aproximadamente de 1,5 millones de euros, según aseguraron fuentes del Barcelona. Este mercado negro estaría integrado por una red de personas que habrían llegado a contactar con más de 3.000 socios del Barcelona con la finalidad de revender estos abonos y sacar un rendimiento económico ilícito. La mayoría de estos abonos acabó en manos de turistas con alto poder adquisitivo ya que los precios pagados por estas entradas eran absolutamente desorbitados

Además, Vives, portavoz del club azulgrana desde septiembre del 2015, repasó en su comparecencia el conjunto de acciones que ha desarrollado el club en las últimas semanas para luchar contra este fraude. «La revenda de los abonos, en manos de terceros y de esta manera fuera de la plataforma Seient Lliure, provoca una pérdida de ingresos derivados hacia la delincuencia organizada», explicaron a este respecto fuentes del Barça.

Las irregularidades detectadas por el club, en las que están implicados esos 2.823 socios infractores, que suponen el 3,4% de los abonados, constituyen dos infracciones que pueden ser identificadas disciplinariamente como «muy graves» en los estatutos del Barça. Las irregularidades a las que hizo referencia Vives son: la manipulación y falsificación de un documento oficial y poner el abono a la reventa con la intermediación de redes organizadas.