Cinco tiros a puerta, tres goles. Así tumbó el Barcelona (3-0) al Athletic Club, que cuajó una muy buena primera parte en un escenario tan complicado como el Camp Nou y, aunque se diluyó en la segunda mitad, no mereció tanto castigo. Con el duelo del próximo martes en el horizonte (el Barça se juega el pase a la final de Copa del Rey contra el Atlético de Madrid), Luis Enrique reservó de entrada a Suárez y le ahorró a Messi la última media hora, en un cambio pactado con el argentino. No fue el día de Gorka Iraizoz, fusilado en el primer tanto local, pero que pudo hacer más en los otros dos. Y eso que, por juego, el Athletic fue mejor que el Barça en esos primeros 45 minutos, en los que dispuso de varias ocasiones claras.

Nada más empezar el partido, Raúl García enviaba una media vuelta al palo y, a los diez minutos, Williams cabeceaba fuera, solo frente a Ter Stegen, un centro desde la izquierda de Laporte. El meta alemán del Barcelona se encargaría de abortar las dos siguientes: un mano a mano con Williams, tras superar el delantero del Athletic a Piqué por velocidad, y un tiro desde la frontal de Raúl García. Los azulgranas, con sus habituales problemas para superar la presión asfixiante de los de Valverde arriba, necesitaron mucho menos para marcar.

Una jugada personal del punta brasileño acababa con el remate a gol, de primeras, de Alcácer, a los 18 minutos. El delantero volvía a marcar en Liga nueve meses después. Messi se encargó de hacer el segundo, a cinco para el final de la primera parte al sorprender a Iraizoz, en un lanzamiento de falta escorado que el portero del Athletic se comió.

Pero los vizcaínos, con Yeray en el campo, aun podrían haberse ido al vestuario con un tercer tanto. No fue así, porque Neymar cruzó demasiado su tiro después de hacer un maravilloso eslalon por la banda izquierda en el que dejó sentado a San José, en la jugada que cerraba el primer acto del partido. En la segunda mitad, Luis Enrique cambió a Piqué por precaución y Aleix Vidal redondeó la goleada.