Dos goles en una estupenda primera parte, uno de Neymar y otro de Leo Messi, permitieron al Barça sumar la victoria en el campo del Espanyol (0-2), en uno de los partidos más complicados que le quedaban como visitante en este final de temporada. A pesar de jugar con diez futbolistas desde el minuto 54, por expulsión de Alba, los de Luis Enrique no tuvieron ningún problema para mantener el liderato en un partido que jugaron con mucha solvencia y sin opciones para el rival.

Con este triunfo, continúa la racha de los azulgranas en el Power8 Stadium, donde no pierden desde el 2007. En las últimas seis temporadas, el Barça ha conseguido cuatro triunfos y dos empates. Sabía el líder lo que se jugaba, seguramente en el territorio más hostil que puede encontrarse. Sabía que ayer no ganaría la Liga, pero sí la podían perder. Por eso los de Luis Enrique jugaron con la máxima intensidad posible desde el inicio.

La primera media hora de los azulgranas fue primorosa ante un rival que perseguía el balón como si fuera una sombra. Las ocasiones se sucedieron ante la portería de un desconcertado equipo blanquiazul. Al primer toque, el Barça controló cada segundo y cada centímetro. Cuando el Espanyol quiso darse cuenta, el Barça ya ganaba por 0-2 a los 23 minutos.

La inercia indicaba que el gol del Barça no tardaría y llegó en el 17 después de una gran acción colectiva. Messi inició la superioridad con un pase en diagonal a la izquierda sobre Alba, con un movimiento sutil Suárez dejó pasar el balón y Neymar marcó a puerta vacía. Al poco, con posesión del 80%-20%, llegó el 0-2 de Messi y la sentencia de un partido fácil para el líder.