El Barcelona sigue intratable en la Liga y afrontará el parón por los compromisos de las selecciones nacionales cómodamente instalado en el liderato, tras derrotar al Athletic Club (2-0) en una gran primer parte. Sin Sergio Busquets, lesionado, ni Luis Suárez, sancionado, ni tampoco Andrés Iniesta, al que Valverde dejó en el banquillo, los azulgranas bordaron el fútbol en el primer acto, alumbrados un partido más por el genio de Leo Messi.

Y eso que el Athletic saltó al Camp Nou lleno de buenas intenciones, a buscar al Barça arriba y a intentar salir desde atrás con el balón jugado. Pero fue precisamente esto lo que le condenó: mientras su rival superaba la presión con su fútbol de toque, en el campo contrario el conjunto bilbaíno sufría para conservar la posesión. Las pérdidas de la zaga visitante le generaron al Barcelona un montón de ocasiones, aunque los azulgranas inexplicablemente solo lograron convertir dos de ellas.

El primero gol fue, a los ocho minutos, obra de Paco Alcácer, que hizo del sancionado Luis Suárez rematando de primeras una pase de la muerte de Jordi Alba, que recibió de Messi en fuera de juego. El segundo, un tirazo desde la frontal del propio Messi, seco, raso y ajustado al palo izquierdo de Kepa, que fue incapaz de parar el balón pese a su estirada. El rosarino celebró su tanto número 25 en Liga -el vigésimo cuarto que le mete al Athletic en toda su carrera- marcándose un bailecito nada habitual en él. El Athletic reaccionó tímidamente cuando ya era tarde.