Las cuentas de Joan Laporta en el 2010 no eran claras. Ni estaban auditadas. Y como había sospechas, la junta entrante de Sandro Rosell encargó una auditoría, fruto de la cual salieron una serie salvedades e incertidumbres. Y como los números no se correspondían con la realidad, decidieron presentar la acción de responsabilidad.

Ese ha sido el argumento principal esgrimido por Josep Maria Bartomeu, que ha declarado por espacio de hora y media en el auditorio de la Ciutat de la Justícia, sede, por un día, del Juzgado de Primera instancia número 39. "Laporta no entregó tres hojas de cuentas no auditadas", ha asegurado el máximo dirigente del Barça, que ha esquivado muchas preguntas remitiéndolas a la jornada de este martes en la que tiene que declarar Javier Faus, el vicepresidente económico.

Bartomeu ha garantizado que tiene información pero no "detallada" de todos los asuntos del club, sobre todo de cuando era vicepresidente. Los abogados de los demandados (Laporta y los 16 directivos de la última junta) han tratado de desmontar los siete asuntos capitales, entre incertezas y salvedades, que figuraban en la auditoría del 2010.

Esos siete asuntos van desde los contratos con Sogecable y Mediapro hasta los traspasos de Henry (pactado en mayo y firmado en julio) y Touré Yaya. "¿Me está diciendo que el 1 de julio toman posesión y el 2 de julio antes del mediodía traspasan a Touré?" le ha preguntado el abogado de Joan Boix y Albert Perrin, tratando de revelar la diferencia de criterio para ubicar esas ventas. "Hay operaciones que son muy rápidas", ha contestado Bartomeu.