Ha llegado el Real Zaragoza al tramo más decisivo de la temporada, a las tres últimas jornadas y con el playoff en el horizonte, sin que Natxo González haya acabado de resolver la ecuación de la mediapunta. Es más, en las últimas semanas esa incógnita parece cada vez más lejos de ser despejada por el entrenador vitoriano. Febas, Buff, Papunashvili, mañana ante el Albacete favorito para volver a esa plaza, y, en menor medida y de forma más puntual, Alfaro y Guti han pasado por ese puesto más adelantado en el casi inamovible rombo en la medular en esta segunda vuelta, donde el ilerdense empezó siendo fijo, por nivel y rendimiento, pero ahora las dudas son mucho mayores que hace unas semanas.

Febas, que volvió al once en Cádiz tras cuatro partidos alejado de la alineación, desde el derbi ante el Huesca, aunque siempre teniendo minutos, no pudo agarrar con fuerza esa oportunidad que le dio Natxo en el Carranza con un partido donde apareció mucho, pero apenas aportó soluciones en esa zona para el equipo. No la agarró con la misma fuerza, desde luego, que hace unos meses, donde era indiscutible como la parte más adelantada de ese rombo. De hecho, en los siete primeros partidos tras el ecuador (Tenerife, Granada, Córdoba, Alcorcón, Lugo, Nástic y Oviedo) fue titular en ese puesto.

Febas necesita espacio y campo por delante para explotar su arrancada y tiene más alma de centrocampista que de mediapunta, por lo que ofrece más soluciones para gobernar los partidos con el balón y para romper líneas defensivas del rival, pero el último pase y la llegada al área no son su mejor virtud. En Soria, Natxo apostó por Buff, aunque Febas lo relevó tras el descanso, con un buen nivel, y el ilerdense volvió a ser titular contra el Lorca y Osasuna.

En El Sadar, Natxo comienza con Febas, pero lo cambia antes del descanso por Buff, en una decisión que dejó muy señalado al futbolista cedido por el Madrid en esta temporada. Buff, que hizo buenos tramos finales de partido contra el Lugo, con gol de falta incluido, el Oviedo, con una buena asistencia de tacón a Borja, o en Pamplona, tiene más capacidad para el último pase que Febas, pero mayor irregularidad. Además, cuando jugó de titular en esta segunda vuelta, su aportación fue menor que de revulsivo desde el banquillo.

Natxo mantuvo en el once al suizo ante el Sevilla Atlético, donde Febas jugó en el tramo final como ‘8’, un puesto que favorece más a las condiciones del ilerdense, y contra la Cultural, partido en el que Buff se lesionó en el gemelo, para ya no reaparecer hasta la segunda parte del último encuentro, en Cádiz. Febas hizo una buena actuación en el derbi contra el Huesca, pero en Vallecas Natxo apostó por un dibujo más defensivo con Guti por detrás de los delanteros, plan que no funcionó, ya que el canterano es un jugador de recorrido y despliegue y no tanto de asociación y último pase.

Ante el Almería, el Reus y el Sporting Natxo volvió a cambiar el discurso con una vuelta de tuerca muy distinta. Jugó en la mediapunta Papu, con un nivel de más a menos en cuanto a aportación. El georgiano posee más velocidad y desequilibrio que Buff y Febas, pero es más anárquico y no tiene tanta capacidad de asociación. Eso sí, ofrece más gol y llegada desde la mediapunta.

La explicación de Natxo

Con todo, ante el Sporting Papu bajó el nivel y en Cádiz Natxo apostó por Febas. Ante el Albacete, la carta del entrenador apunta a ser el retorno de Papu al once. «Papu, cuando ha jugado, lo ha hecho bien, pero eso no quiere decir que tenga que hacerlo 20 partidos seguidos. Aleix (Febas) cuando ha salido lo ha hecho mejor o peor y Buff, lo mismo. Es una posición que va un poco en función del tipo de partido que puedo esperar», dijo ayer Natxo.

Resta Alfaro, al que el técnico recurrió en la segunda parte de los duelos ante el Córdoba y el Alcorcón, sin resultado. El onubense, fichado en enero, de participación testimonial y ahora desaparecido, es un extremo puro y en la mediapunta se pierde.