El Pabellón Príncipe Felipe vivió ayer el primero de los actos por su 25 aniversario. 300 personas vinculadas al deporte y la política aragonesa asistieron a la ceremonia que recordó uno por uno los eventos celebrados en la pista zaragozana desde su apertura.

La jornada se abrió con la actuación de B-Vocal, que dejó luego espacio para que diversas personalidades pasaran ante el micrófono de los periodistas de Zeta Audiovisual Samuel Barraguer y Adriana Oliveros, presentadores del acto.

Carlos Pérez Anadón, en representación de la corporación municipal, fue el primero en hablar sobre el significado del Príncipe Felipe para la sociedad zaragozana. "Debemos estar orgullosos de tener esta obra. El Felipe es marca de Zaragoza y se ha convertido en un escenario de emociones durante el último cuarto de siglo", recordó.

La construcción del recinto costó 10,5 millones de euros y la primera piedra se puso un 23 de enero de 1988. Uno de sus arquitectos, Fernando Ruiz de Azúa, también asistió a la gala. Señaló que "es un edificio discreto y eficaz que ha estado abierto a todos los zaragozanos para disfrutar de él".

Pero el Príncipe Felipe no se entiende sin el baloncesto. El CAI Zaragoza se ha convertido en el máximo exponente del deporte aragonés en el pabellón. De hecho, la inauguración de la pista tuvo lugar con un encuentro entre el CAI y el Stroitel de Kiev. Paco Zapata entró en la historia por ser el primero en lograr una canasta. "Con el paso del tiempo es una acción que he recordado con orgullo", afirmó el jugador sobre la pista tras repetir la jugada. También Pep Cargol, Epi, Ruiz Lorente o Fernando Arcega, padrino del pabellón, saltaron a la pista para ratificar la importancia que el deporte de la canasta ha tenido en el Felipe.

Otras modalidades como el fútbol sala, el balonmano, el tenis, el kárate o el boxeo tuvieron también su recuerdo. Diversos personajes vinculados a cada deporte desfilaron por el parqué del Príncipe Felipe mientras recibían una sonora ovación.

Para terminar, Arcega recibió una placa conmemorativa y, posteriormente, se soplaron las velas de una tarta por el primer cuarto de siglo del pabellón.