El Real Zaragoza saltó al césped en la segunda mitad con el freno de mano puesto. Durante los primeros minutos no se vislumbró al equipo con hambre que pudo haber triturado a un Lorca endeble. Fruto de la puntual desconexión llegó el tanto de Noguera que redujo distancias en el marcador. «Sabíamos que iba a ser un partido complicado, por eso fuimos a por ellos desde el primer momento. Los primeros seis minutos de la segunda parte salimos dormidos, nos hicieron daño muy rápido, pero conseguimos cerrar el encuentro», explicó Perone.

Cuando peor estaba la contienda apareció el gigante brasileño para derrumbar con su testa cualquier tipo de esperanza de remontada visitante. Bruno Perone marcó su primer tanto con la camiseta del Real Zaragoza. Lo hizo de cabeza, recibiendo un majestuoso centro de Íñigo Eguaras desde el flanco izquierdo servido con dulzura a la cabeza del central para batir a Dorronsorro. Perone celebró el tanto con el balón por dentro de la camiseta y el pulgar en la boca, a modo de chupete. Un significado especial, dedicado a su futura hija.

Perone debutó en Alcorcón, desde aquel momento se ha mantenido dentro del once y se ha contagiado de la progresión escalonada que afecta a los futbolistas zaragocistas: «Estamos disfrutando. Sentimos las buenas vibraciones de La Romareda y eso nos motiva. En Segunda División no nos podemos relajar porque los despistes te cuestan puntos. El equipo tiene fuerza para seguir adelante», explicó el brasileño.

Su compañero en el eje de la zaga fue Mikel González. El defensor vasco no partía desde el inicio desde el partido del pasado año en Valladolid, donde se retiró del campo tras sufrir una rotura de fibras. Mikel suplió a Simone Grippo y cumplió con solvencia en una cita de poca exigencia para los centrales. «Hemos tenido paciencia, hemos generado y hemos acertado. Quitando los primeros minutos de la segunda parte hemos sido dominadores del encuentro», aseveró el zaragocista.

El futbolista veterano analizó la escalada que el equipo zaragozano ha protagonizado en la clasificación en estas últimas semanas. Mikel lo achaca a que el Real Zaragoza es «un equipo»: «Si no se es un equipo no se ganan cinco partidos seguidos. Este feeling y esta maduración no se vería si no estuviéramos juntos. Eso nos permite rendir, independientemente quiénes jugásemos. Hoy nos ha tocado entrar a jugar a otros; personalmente me he sentido a gusto», comentó Mikel.

La siguiente cita del Real Zaragoza en Liga será en El Sadar, contra Osasuna. Todo un duelo por la promoción, una batalla por asaltar las posiciones de privilegio. Mikel González explicó que «iremos a un campo difícil ante un rival que quiere meterse en los puestos de arriba. Nuestra mejora la estamos plasmando en la tabla; nuestro objetivo es seguir y seguir. Y el próximo paso es en El Sadar», concluyó.