Lo explicó Mister Chip en el diario As hace cinco días y no faltó quien se encargara de airearlo por todos los conductos posibles en las redes sociales. Antes del partido contra el Eibar los números reflejaban que, cuando juega Sergio Ramos, el Madrid encaja el triple de goles en la Liga. Con su primer capitán, el equipo blanco había encajado 25 goles en los 24 partidos disputados (2.160 minutos). Sin él, el Madrid solo ha recibido cuatro tantos en ocho partidos (738 minutos).

Datos que salieron a colación a causa del pobre papel que el central desempeñó en los choques contra el Valencia, Villarreal y Las Palmas, tras los que el Madrid cedió el liderato al Barcelona, aunque todavía con un encuentro menos, el aplazado contra el Celta.

Ramos se ha hecho perdonar por sus críticos con sus dos goles en San Paolo cuando el equipo blanco amenazaba con verse metido en una situación crítica, pero él no es de los que olvida fácilmente que no se le reconozcan los méritos. Por eso, en pleno torrente de felicitaciones, no se privó en la zona mixta del estadio napolitano de pasar factura a los que habían insistido en su mal estado de forma.

«Hace una semana me mataban, hace un mes era muy bueno y ahora, por hacer los goles, vuelvo a ser un héroe», declaró el central sevillano con la boca pequeña, consciente de que había vuelto a hacer historia después de firmar el pase a los cuartos de final de la Liga de Campeones con dos apariciones que no tardaron en ser comparadas a sus mejores momentos como goleador: los dos cabezazos ante el Bayern que abrieron el camino hacia la final de Champions en abril del 2014, el del minuto 93 en Lisboa menos de un mes después para forzar la prórroga y fundir al Atlético en la final, los del Mundial de Clubs de 2014 ante el Cruz Azul y el San Lorenzo de Almagro, el que dio paso a la prórroga en la Supercopa de Europa contra el Sevilla el pasado agosto, el que significó el empate en el Camp Nou en el último clásico y el que dio el triunfo al Madrid sobre el Deportivo siete días después en el Bernabéu.

Dianas que colocan su valor como artillero casi al mismo nivel del que tiene como líder de la defensa blanca, si no superior, al menos en los últimos tiempos. De hecho, atribuyéndole el tanto que la UEFA le ha negado al adjudicárselo a Mertens en propia puerta, Ramos se ha convertido en el segundo zaguero más goleador de la historia del club madrileño, igualado con Roberto Carlos a 68 tantos, aunque muy detrás todavía de Fernando Hierro, que anotó 124 en 579 partidos, mientras que él ha sumado sus 68 en 506 encuentros.