Si antes del partido contra la Real ya estaba claro que el futuro de Benzema en el Madrid pasa por redimirse ante el PSG en la eliminatoria de octavos de final de la Champions, que se disputa este próximo miércoles, después de la despedida que tuvo el delantero francés en el Bernabéu tras fallar un gol cantado en el último instante sus posibilidades de redención han quedado reducidas al mínimo. Solo una transfiguración inopinada del atacante francés en la Liga de Campeones en el Bernabéu le devolvería el favor de un público que hace mucho tiempo dejó de considerarle el delantero centro que el equipo blanco merece y necesita.

El de Zidane lo tiene y su presencia en la formación titular ante el conjunto parisino no peligra, a tenor de lo dicho por el técnico tras la goleada a la Real. «No sé por qué hay pitos. La gente puede hacer lo que quiera. Lo que digo es que Karim ha tenido ocasiones y no ha marcado, pero lo importante es pensar que un día las meterá y cambiará su racha», dijo el entrenador madridista, que no convence a nadie con su obstinación en otorgar a su compatriota la condición de intocable, pese a sus dos goles en la Liga para un total de seis en lo que va de temporada.

La titularidad de Benzema no es, por tanto, lo que le provoca al técnico blanco los mayores dolores de cabeza. Probablemente lo que no deja de marearle es la conveniencia de repetir el equipo del sábado, a excepción del sancionado Carvajal y, sobre todo, que ante el PSG el Madrid entre con la misma chispa y convicción que frente a la Real. Lucas y Asensio hicieron mucho por que así fuera, pero cuesta mucho trabajo creer que Casemiro y Bale vayan a quedarse fuera en la cita decisiva.

El gallego y el mallorquín resultaron determinantes para dotar al conjunto madridista del equilibrio que necesitaba para recuperar su autoestima cara al miércoles, pero mantenerles va, al parecer, contra los principios de su entrenador. También recuperó su olfato goleador Cristiano Ronaldo con un hat-trick. De ahí que las esperanzas del madridismo revivan. El reto del portugués será repetir su papel estelar en la fase decisiva de la última Liga de Campeones, en la que condujo a su equipo hasta el título. Siete tantos en las cuatro últimas jornadas mejoran su pobre estadística goleadora en la Liga y van mejorando sus registros.