No fue un sueño lo que vivió Ricardo Verdugo en los Campeonatos de España sub-18 bajo techo disputados el pasado fin de semana en Antequera. En el espacio de diez minutos experimentó algo que es difícil que se vuelva a repetir. Dos chavales de Monzón que prepara el técnico binefarense se proclamaron campeones de España. Primero, la prodigiosa Laura Pintiel en 60 lisos y, después, el gigantón Mario Revenga en los 60 vallas. «Fueron dos récords de Aragón en el lapso de diez minutos. No estaba muy nervioso el domingo y quería que saliera lo mejor posible», indica. Dos semanas antes, otra de sus pupilas, la estadillana Alicia Raso, había ganado la pértiga del Nacional sub-20 en Ourense.

Pocos se fijan en el trabajo oscuro, eficaz y escasamente reconocido de los entrenadores de base. Pero Verdugo es una figura dentro del tartán conduciendo a los chavales y ha causado admiración en la localidad de los ocho olímpicos. El técnico oscense cuenta con un gran grupo de una cuarentena de atletas juveniles y cadetes que ya causan admiración en las pistas de toda España. Junto a los tres oros en los Nacionales destacan Lara Soldevilla, Iris Millanés, Laura Cuy y Pablo Delgado, entre otros.

La pasión por el atletismo le vino por el binefarense Juanjo Blasco. «Me inicié a los 9 años y me intregré en el grupo de Binéfar preparado por Juanjo Blasco y en el que estaban Jorge Martín y Élian Périz. Fui podio en Campeonatos de Aragón de cross, pero toqué un poco de todo. Ahora en Binéfar no hay casi atletismo en pista y se le puede empujar más», indica Ricardo Verdugo.

El altoaragonés admira a algunos entrenadores. Entre ellos, al donostiarra Jon Karla Lizeaga. «Me aportó mucho como entrenador y como persona. También José Luis Martínez, el entrenador de Álvaro Burrell. Cada vez que iba a Madrid me desanimaba de lo poco que sabía», explica el técnico, de 33 años.

Verdugo es un especialista de modalidades técnicas. «Siempre me han gustado las vallas y los saltos, pero me inclino por la pértiga. Exige mucho como entrenador y busco la perfección en una disciplina tan compleja». En cuanto a su filosofía del atletismo, busca «el compromiso e implicación de los atletas. Me gusta ser muy metódico, que los atletas sean constantes y si siguen una línea de trabajo el éxito está asegurado», afirma Verdugo.

Considera que en Aragón hay un buen nivel de técnicos. «Hay jóvenes con ganas de empezar. Es difícil sacar un atleta al principio o encontrar la fuente de información adecuada. Creo que podríamos estar mejor formados como colectivo». El gran problema es el sobreentrenamiento de los atletas jóvenes. «Hay chavales que de infantiles corren mucho y después desaparecen. Desde la escuela de atletismo de Monzón debemos tener paciencia, aprender las técnicas y la metodología de entrenamiento y en cadete intentar dar el salto a nivel nacional».

Su gran ilusión es contar con un atleta internacional absoluto de su cuadra. «Ir a unas Juegos puede estar condicionado por diferentes factores. Me llenaría más que fuera internacional absoluto. La primera podría ser Alicia Raso. Cualidades tiene», concluye.