Reconoce Víctor Muñoz que a su Zaragoza aún le faltan mejoras, hechuras de bloque, algo lógico dada la atípica pretemporada y una confección de la plantilla casi a contrarreloj en agosto y con muchas novedades. Sin embargo, la construcción de ese equipo se topa con la realidad de la Liga, de la competición, de la necesidad de victorias y puntos. El Sabadell, actual colista, es el enemigo a superar, un rival con varios exzaragocistas (Longás, Hidalgo, Carlos Hernández o el cedido Porcar) y contra el que solo vale la victoria para evitar que de la tibia esperanza con la que se empezó la Liga se pase a las dudas que llegarían seguro si el Zaragoza pasa esta cuarta jornada de Liga sin ganar, ocupa unos puestos de descenso en los que puede caer hoy y además arrastra la eliminación de la Copa. Necesita el equipo encontrar lo más pronto posible un buen rumbo y eso solo se consigue con triunfos. El de esta tarde es ineludible.

El Zaragoza arrancó con buena imagen en Huelva y ante Osasuna, con sendos empates que pudieron ser victorias, sobre todo ante el conjunto navarro, y mostró consistencia pero poca pegada. Sin embargo, en el Mini Estadi y ante el Albacete en Copa, aunque en este partido con muchos suplentes, la cara zaragocista se tornó pálida, no llegó apenas arriba y no ofreció seguridad atrás. Al equipo le falta desde que empezó el curso generar peligro, anda sin pólvora e inquieta poco a los rivales, tarea en la que la llegada de delanteros en el tramo final del mercado aún no ha supuesto una solución, pero es que además ante el Barça B recibió cuatro dianas y en Albacete pudo salir también goleado. Lo que no funcionaba sigue sin hacerlo y lo que parecía asentado se ha perdido. De ahí el mal sabor de boca que ha dejado esta semana zaragocista.

FORTÍN EN CASA El Zaragoza, que dejó escapar nada menos que 35 puntos en casa en la temporada pasada, necesita hacerse fuerte en su feudo y es seguro que la afición va a estar a su lado como se demostró ante Osasuna, pero debe dar cuanto antes alegrías en forma de victorias. Por muchos problemas y atenuantes que se puedan alegar no hay nada más débil que un proyecto sin resultados o que un entrenador sin triunfos. Y el Zaragoza, de momento, no ha ganado. No lo hace en casa desde el 20 de abril, cuando venció al Jaén.

Víctor, que volverá al once habitual de la Liga, aunque sin el juvenil Muñoz, y que solo tiene una duda en la alineación, un puesto en el que Tierno es favorito y posee más opciones que William José y que Diego Suárez, sabe que el calendario tiene ahora dos citas en casa, la de hoy y la del Alavés en la quinta jornada y que después hay que acudir al campo de la Llagostera, un recién ascendido. Se diría que es un calendario propicio para que el equipo tome cuajo, para que lleguen los resultados, para que el oxígeno no se pierda.

El Sabadell llega al choque como colista, pero con el viento a favor de haber pasado ronda en la Copa, algo que el Zaragoza no logró. Olmo, que no podrá contar con Collantes para alivio de Rico, anunció cambios (Marcos, Riau y Porcar) y el rival, que cuenta con la calidad de Longás, que regresa al once tras superar sus molestias en la rodilla, y con mucha velocidad arriba, seguro que va a poner a prueba al equipo aragonés, que ya vio cómo este enemigo levantó un 2-0 para empatar en su última visita a La Romareda. Bien que se acuerda Víctor Muñoz de ese partido, con actuación estelar de Longás .

Con todo, si el Zaragoza recupera lo mostrado ante Osasuna o Recre y le añade más mordiente arriba tendrá muy cerca una victoria que abriría un camino, que marcaría un rumbo que el equipo aún no ha encontrado hasta el momento.