En el momento justo, a la hora precisa, apareció Carlos Cabezas para darle al conjunto aragonés su decimocuarta victoria de la temporada (72-71). Una vez más no le temblaron las piernas. Asumió con coraje el papel de capitán y se echó el equipo a sus espaldas a falta de 19 segundos para el final. Anotó dos tiros libres y tras el tiempo muerto solicitado por Manresa asumió la última posesión del partido. El marbellí hizo falta sobre Rodríguez y éste tampoco erró incendiando el marcador (70-71). Después, Cabezas, como de costumbre, tiró de inteligencia y se marcó una extraordinaria jugada individual sirviendo en bandeja una victoria esencial para su equipo. El público se marchó a casa feliz y Cabezas pletórico.

Justo un minuto antes a todo el pabellón se le quedó cara de circunstancias al ver como el Manresa no se alejaba en el marcador. Por muchas cabezas pasó la derrota. Quizá por todas, menos por la de él. "Me gustan siempre esos balones. Alguna vez puedes tomar una mala decisión o puedes fallar el tiro, pero momento caliente, momento de Cabezas. Intento siempre asumirlas y así sacar algo positivo para el equipo", dijo el base.

Y es que a sus 31 años, Cabezas está curado de espanto. Sabe lo que es ser campeón del mundo, de Europa, de Copa y de Liga. Lo ha ganado prácticamente todo y ha pasado por todo tipo de situaciones también. Tal experiencia le hace tener una confianza en sí mismo abrumadora. Cabezas asume cada pelota con sensatez y hace uso de una mente prodigiosa para finiquitar con éxito cada una de sus jugadas. Incluso podría decirse que el marbellí está atravesando su mejor momento deportivo. Su segunda juventud.

Al 16 del CAI no hay reto que se le resista. Es un ganador nato y no le intimida nada, ni nadie. Hace una semana dijo que no sabía qué ocho equipos entrarían en el playoff, pero sí que el CAI tendría una plaza entre ellos. Tras la victoria frente a Manresa lo sigue pensando y aunque no lo diga parece que su mente va más allá. "Estoy en un buen momento", aseguró ayer consciente de la gran temporada que se está marcando. Seguro, también, de las posibilidades que todavía tiene de volver a la selección española de baloncesto.